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¿Qué pasa en Bolivia?: conflicto cocalero cumple una semana entre gases y dinamitazos

Las diferencias entre los cocaleros de Los Yungas afines y detractores al oficialismo viene desde 2019, cuando una facción eligió a Elena Flores, quien fue avalada por el MAS.

El conflicto en Bolivia por la toma de la sede de la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz (Adepcoca) cumplió este martes 28 de setiembre una semana con enfrentamientos entre cocaleros que cuestionan a la nueva directiva. Todo esto ha surgido en medio explosivos y gases lacrimógenos.

Recientemente, hubo una nueva refriega en el sector disidente que desconoce a Arnold Alanez, reconocido por el Gobierno, que hace siete días se proclamó como máximo dirigente cocalero de La Paz. Esto, a pesar de que un sector lo señale por pertenecer a la ‘zona roja’ o ilegal de producción de coca y no a la tradicional.

La disputa se inició alrededor de las 15.30 hora local (17.30 GMT) cuando un grupo de cocaleros se apostó a 200 metros del mercado de Adepcoca, en la zona de Villa Fátima, en La Paz. Dicho lugar estaba resguardado por la Policía.

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El punto de inflexión fue la detonación sorpresiva de un explosivo a menos de un metro de la primera fila de los uniformados, quienes retrocedieron varios metros y contestaron con el lanzamiento de gases lacrimógenos.

Los cocaleros lanzaron a mano y con hondas las piezas que se cree eran de dinamita, las cuales estaban envueltas con papeles de forma circular.

Las potentes detonaciones dañaron el pavimento de las calles, así como algunos vidrios y parte de las fachadas de las casas, donde se mantenían los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.

La Policía utilizó varias estrategias para dispersar a los cocaleros, quienes (pese a su repliegue en las calles circundantes y en las partes altas de esa zona) encendieron fogatas para disipar el gas y continuaban lanzando piedras y explosivos.

Vecinos piden paz y no gas

“Hemos vivido un tormento, nos han metido el gas como si nada, tengo mis nietos y mis animalitos”, relató a Efe Miriam Castillo, una mujer de 67 años, quien aseguró que los vecinos están “hartos” de los disturbios que prácticamente han sido diarios.

Unos minutos antes de que se produzca el ‘choque’ entre la Policía y los cocaleros, un grupo de cincuenta vecinos organizaron una marcha con banderas blancas y pidieron que esta situación se solucione.

“No han respetado, han (tirado) gas lacrimógeno a las casas, estamos en zozobra todos los días”, argumentaba una mujer con un megáfono.

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Esta manifestación estuvo antecedida en la mañana por una vigilia de mujeres cocaleras, quienes pedían se les deje ingresar al mercado de Adepcoca, uno de los dos legales de Bolivia que abastece el consumo tradicional, ritual y medicinal de hojas de coca.

Ya son varias jornadas en las que los vecinos del lugar han decidido resguardarse en sus casas y no salir. Mientras tanto, varios negocios como tiendas de barrio, comida y comercios de construcción han optado por no atender y cerrar sus puertas.

Las diferencias entre los cocaleros de Los Yungas afines y detractores al oficialismo viene desde 2019, cuando una facción eligió a Elena Flores, quien fue avalada por el Movimiento al Socialismo (MAS).

Un año después, otro bloque de productores de coca eligió a Armin Lluta como su máximo representante, desconociendo el liderazgo de Flores, quien tras interponer un recurso legal, la Justicia falló su favor.

Lluta fue depuesto entre acusaciones del Gobierno por generar conflictos en los que resultó fallecido un Policía y varias personas heridas.

Alanez fue elegido como máximo dirigente por aclamación y durante una asamblea que se celebró en una cancha de fútbol en La Paz sin la presencia de los afiliados de las provincias, según el bloque opositor. EFE