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Descubren ramos de flores de más de 1.800 años de antigüedad en Teotihuacán

Arqueólogos encuentran ramos de flores pertenecientes a la primera fase de la ciudadela de Teotihuacán bajo el templo del dios Quetzalcóatl, en México.

Se han hallado cuatro ramos de flores con más 1.800 años en la ciudad prehispánica de Teotihuacán. El descubrimiento se produjo en un túnel de 18 metros ubicado bajo el templo del dios Quetzalcóatl, considerado una de las tres principales pirámides de la Ciudad de los Dioses, como se conoce a la zona arqueológica de Teotihuacán en México.

El jefe del proyecto de excavación titulado Tlalocan: camino bajo la tierra es el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, quien reveló al diario La Jornada las características de este importante hallazgo: “En total son cuatro ramos de flores en muy buen estado, aún están atados con cuerdas, probablemente de algodón. Este es un hallazgo muy importante porque habla de los rituales que se llevaron a cabo en este lugar”

Asimismo, Gómez detalló que se desconoce la fecha exacta en que fueron colocados los ramos, pero corresponden a los primeros años de la ciudadela mexicana. “Deben de ser muy antiguas y corresponder a las primeras fases de Teotihuacán”.

Esta premisa se da luego de haber encontrado otros objetos que acompañaban a las flores. “Hemos encontrado objetos completos que fueron colocados en este tiro; la cerámica es también de la fase Zacuali y Miccaotli, del inicio de nuestra era, entre los años cero y 200 d. C.”, señaló el arqueólogo Gómez. También indicó que las piezas podrían ayudar a comprender los ritos se practicaban en la pirámide.

El dios Quetzalcóatl — denominado La Serpiente Emplumada—fue uno de los más importantes dioses de las culturas de Mesoamérica. Se lo asociaba a la vida, la luz, la fertilidad, la civilización y el conocimiento.

Los investigadores decidieron no retirar por ahora los ramos del túnel para poder aprovechar la humedad y las condiciones para los trabajos de conservación. “Sabemos que si las extraemos ahorita y las cambiamos a un ambiente diferente al que han permanecido tantos siglos podría causarles algún daño”, concluyó Sergio Gómez.