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Protestan en Paraguay contra el gobierno de Mario Abdo Benítez

Fuerzas policiales dispersaron, con gases lacrimógenos, a las personas que estaban concentradas al frente del Congreso, en Asunción.

Un manifestante se enfrenta a un policía durante una protesta contra la corrupción y las carencias del sistema de salud. Foto: AFP
Un manifestante se enfrenta a un policía durante una protesta contra la corrupción y las carencias del sistema de salud. Foto: AFP

La noche de este viernes 5 de marzo, ciudadanos de Paraguay se concentraron frente al Congreso, en el centro histórico de Asunción, para protestar por la gestión del presidente Mario Abdo Benítez ante la pandemia.

Los antidisturbios hicieron uso de gases lacrimógenos y, según algunas fuentes, de balines de goma contra los reunidos, ciudadanos autoconvocados que se estaban manifestando de forma pacífica.

Según la Policía, que estaba resguardando con un gran despliegue el perímetro del Congreso de Paraguay, los agentes respondieron de esa forma después de que algunos de los manifestantes intentaran rebasar esa barrera.

Otra fuente policial señaló que algunos de los manifestantes habrían arrojado piedras a los agentes.

Parte de los asistentes se dispersó por otras calles del centro, mientras prosiguen los incidentes.

Antes de los incidentes, los concentrados se habían expresado de forma pacífica, portando banderas paraguayas y pidiendo la dimisión del presidente del país, Mario Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado.

La convocatoria se realizó a través de las redes sociales para demostrar el hartazgo ante el Gobierno, con el acento puesto en la gestión del coronavirus.

Ello, después de que esta semana el gremio de enfermeros y familiares de pacientes realizaron protestas para denunciar la falta de insumos y de materiales médicos en los hospitales públicos.

Tras esas expresiones se produjo esta mañana la renuncia del ministro de Salud, Julio Mazzoleni, tras reunirse con Abdo Benítez.

Otra de las decepciones ciudadanas se refiere a la demora de la llegada de las vacunas, que de momento se limitan a las 4.000 dosis de la Sputnik V que ya han sido aplicadas, aunque solo a trabajadores sanitarios.