Histórica visita del papa Francisco a Irak: “Que callen las armas”
Pedido. Pontífice quiere dar un importante mensaje al mundo entero durante los tres días de su visita.
“Que callen las armas”, reclamó el viernes el papa Francisco poco después de llegar a Irak para la primera visita de un pontífice a este país diezmado por las guerras y las persecuciones, saludando a los cristianos que decidieron permanecer.
Entre fuertes medidas de seguridad y con mascarilla por las restricciones, el papa viajó como “un peregrino de la paz” para reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, marcada por la violencia y la pobreza.
Durante su estancia, que terminará el lunes tras recorrer 1.445 kilómetros especialmente por aire para evitar las zonas donde se esconden los yihadistas, el pontífice argentino también tenderá la mano a los musulmanes y se reunirá con el gran ayatolá Alí Sistani, la máxima autoridad chiita.
El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo evocó todos los asuntos candentes en Irak ante sus principales dirigentes, entre ellos el presidente Barham Saleh, quien le envió una invitación oficial para esta visita sin precedentes.
“Basta de violencia, de extremismos, de facciones, de intolerancias”, dijo el papa. Basta también de “corrupción”, el motivo por el que cientos de miles de iraquíes manifestaron a fines de 2019.
Entonces, Francisco también urgió al país a dejar de reprimir a sus jóvenes que pedían justicia. “Hay que construir la justicia”, reiteró. Además, denunció así “una barbarie insensata y deshumana” perpetrada en Irak, la antigua Mesopotamia, “cuna de la civilización”.
El argentino recordó “la antiquísima presencia de los cristianos en esta tierra”, donde según la tradición nació Abraham, y abogó por “su participación en la vida pública”.