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El desafío de Australia: pasó del “estado de desastre” a reducir los casos de COVID-19

Un duro bloqueo aminoró drásticamente los contagios de coronavirus en el país, que este domingo celebró la cifra más baja de casos en los últimos tres meses.

Con el inicio de la pandemia, los ocho estados y territorios de Australia impusieron cierres totales o parciales a sus fronteras. Foto: EFE.
Con el inicio de la pandemia, los ocho estados y territorios de Australia impusieron cierres totales o parciales a sus fronteras. Foto: EFE.

A inicios de agosto, el segundo estado más poblado de Australia —Victoria― se sumió en un “estado de desastre” debido al rebrote de coronavirus. El primer ministro Daniel Andrews decretó toque de queda nocturno y prohibió prácticamente todos los viajes al aire libre, tanto a pie como en vehículos.

Andrews estaba desconcertado: “Durante todo el proceso, prometí ser sincero. Así que diré esto ahora. Esto será imperfecto. Y por un tiempo, habrá más preguntas que respuestas”, dijo en una rueda de prensa recogida por CNN.

Victoria fue golpeado por la pandemia de coronavirus mucho más severamente que el resto de Australia; sin embargo, otros funcionarios mantenían la alerta ante una emergencia que no daba tregua.

En Nueva Gales del Sur, la premier Gladys Berejiklian “recomendó encarecidamente” que las personas usen mascarilla en espacios cerrados, en lugares de culto y en áreas con alta transmisión comunitaria.

Los ocho estados y territorios de Australia impusieron cierres totales o parciales a sus fronteras, que relajaron primero y después volvieron a endurecer con el rebrote de COVID-19 en la ciudad de Melbourne, que disparó las infecciones de 7.920 el 1 de julio a más de 26.800 en la actualidad. Además, aplicaron sus propias medidas de movilidad a los viajeros de otras regiones.

Estas restricciones y un duro bloqueo derribaron los casos de coronavirus. Este domingo 20 de septiembre, el país amaneció con una noticia alentadora: registró el número de contagios más bajo de los últimos tres meses.

En la víspera, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, aceptó que el estado de Queensland no le permita viajar allí de trabajo sin hacer cuarentena, lo que simboliza la rigidez del cierre de fronteras internas en el país oceánico por la pandemia.

El funcionario no podrá acudir el mes que viene a Queensland (noreste), donde se celebran comicios estatales y una final de Rugby, deporte al que es muy aficionado, si no se somete a una cuarentena de 14 días, como recordaron las autoridades de ese estado.

Victoria, del cual Melbourne es la capital, reportó 14 nuevas infecciones en las 24 horas hasta el domingo por la mañana, frente a los 21 casos nuevos del día anterior, su nivel más bajo desde el 19 de junio.

Nueva Gales del Sur, que tiene a Sydney como capital, informó dos nuevos casos, lo mismo que Queensland, lo que eleva el total nacional a 18, el recuento nacional más bajo desde el 23 de junio. Los otros cinco estados y territorios no informaron los números de casos diarios el domingo por la mañana, recoge Reuters.

En todo caso, Melbourne estuvo bajo uno de los bloqueos más duros del mundo, incluido un toque de queda nocturno, después de que un segundo brote en ese estado registró tasas de infección diarias superiores a 700.

El país, en tanto, reportó 26,900 infecciones.

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