China deja atrás las restricciones sanitarias y vuelve a la antigua normalidad
Las transmisiones del nuevo coronavirus son casi nulas, mientras los mercados, bares y restaurantes vuelven a estar abarrotados en el gigante asiático.
El mundo continúa batallando contra la COVID-19, que a su paso ha cobrado la vida de miles de personas; sin embargo, en medio del asombro de los demás países, China, lugar de origen de la nueva enfermedad, está regresando poco a poco a la normalidad, sin mascarillas ni distanciamiento social.
A través de un informe compartido por The New York Times, se conocen detalles muy importantes que las diferentes ciudades de China vienen experimentando en su vuelta a la normalidad, es decir, a la antigua normalidad, antes que se conociera la existencia del coronavirus.
En Shanghai, los restaurantes y bares de muchos barrios están llenos de clientes. En Beijing, miles de estudiantes regresan a sus centros educativos para el semestre de otoño, mientras en Wuhan, donde surgió el coronavirus, los parques acuáticos y los mercados nocturnos están abarrotados como antes.
Mientras que la mascarilla es obligatoria en muchos países del mundo para contener la infección, la vida en muchas partes de China se ha vuelto sorprendentemente normal en las últimas semanas, dejando de lado los barbijos.
China vuelve a abrir sus cines con extremas medidas de seguridad. Foto: AFP
“Ya no se siente como si hubiera algo demasiado espantoso o demasiado peligroso para la vida”, contó Xiong Xiaoyan, que trabaja en un fabricante de pintura en la provincia sureña de Guangdong, al citado portal.
La mujer contó que luego de seguir las restricciones impuestas por el Gobierno, recientemente tuvo la oportunidad de volver a sale de cine. “Cuando las luces se apagaron, sentí que había regresado a mi vida normal”, mencionó y continuó: “Podría olvidarme de todo lo que estaba afuera y tener mi propio mundo espiritual”.
La economía mundial
Estados Unidos y muchos países del mundo se están enfrentando no solo a una crisis sanitaria, también a una recesión potencialmente larga. Pese a los esfuerzos realizados e intentando la reactivación económica, varios países de Europa han experimentado nuevos brotes, lo que ha ejercido una presión adicional sobre una economía ya débil.
En tanto, China se ha ido recuperando lentamente en los últimos meses y sus fábricas están funcionando de nuevo, aunque su crecimiento sigue siendo más débil que antes de la pandemia y la pérdida de puestos de trabajo es significativa.
Medidas de prevención en China
Desde los primeros días de la pandemia, cuando China fue el epicentro del brote, el Gobierno autoritario impuso bloqueos radicales. Las personas debían permanecer en sus hogares, mientras los comercios cerraron, excepto las que vendían productos esenciales.
En Wuhan, mientras las calles estaban desiertas, los hospitales lucían abarrotados y el número de víctimas mortales aumentaban. Pero, después de meses de restricciones de viaje y pruebas de manejo en toda la ciudad, los casos de virus transmitidos localmente en China son casi cero, según datos oficiales.
En los últimos siete días, el gigante asiático no ha confirmado nuevos casos de COVID-19. Las 12 nuevas infecciones que informó fueron todas importadas, lo que eleva el número total de casos confirmados de China a 84,951, con al menos 4,634 muertes. Mientras, en los Estados Unidos, casi 5,7 millones de personas se han infectado y al menos 176,200 han muerto.
La normalidad antes del coronavirus
Es así que, luego de varios meses de un estricto confinamiento, hoy en día diferentes ciudades chinas vuelven a albergar grandes eventos, aunque con algunos límites en el tamaño de las multitudes.
Qingdao, una ciudad costera en el este de China, está celebrando su popular festival de la cerveza este mes en gran parte según lo planeado y el uso de mascarillas es opcional. En Shanghai celebró recientemente una convención de juegos que atrajo a miles de entusiastas. Muchas personas están retomando viejas rutinas, con algunas modificaciones, con la esperanza de que haya pasado lo peor.
Con la esperanza que China vuelva a retomar su economía y tomando en cuenta todas las medidas del caso, las autoridades están exigiendo que las salas de cine y los sitios turísticos, por ejemplo, operen a la mitad de su capacidad.
Asimismo, las autoridades continúan restringiendo los viajes en la región de Xinjiang en el oeste de China, donde un brote el mes pasado provocó el cierre. China todavía prohíbe a la mayoría de los extranjeros ingresar al país, por temor a que puedan traer el virus.
¿Qué pasó en Wuhan?
Luego que se difundieran diferentes imágenes de ciudadanos chinos nadando y celebrando en Wuhan, las críticas en el mundo no tardaron en llegar. Pero, ante la situación, las autoridades chinas salieron en defensa de esta actividad.
Ciudadanos de Wuhan participaron en una fiesta realizada en parque acuático con miles de personas sin protección. Foto: AFP
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo que el mundo debería prestar más atención a los esfuerzos de China para controlar el brote. “Esto refleja una victoria estratégica lograda por Wuhan y el Gobierno chino en la lucha contra el virus”.
Sobre ello, David Hui, director del Centro Stanley Ho para Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad China de Hong Kong, advirtió que China podría enfrentar un resurgimiento de COVID-19. “No se deben fomentar las reuniones y celebraciones masivas”, exhortó, según agrega The New York Times.