Diseñan burbuja protectora contra la COVID-19 en Colombia
El implemento tiene un valor comercial de unos 109 dólares. Es cómodo y seguro, indican sus creadores.
Un grupo de emprendedores en Colombia desarrolló una burbuja, como la que usan los astronautas, para proteger del coronavirus a quien la utilice. Según aseguran sus creadores, son cómodas, seguras y construidas con elementos de la más alta tecnología.
Mediante un sistema eléctrico, la burbuja de seguridad hace circular el aire y su fin último es proteger a las personas de contagios de males como el de la COVID-19. Los que están a la cabeza del proyecto son el ingeniero aeronáutico Andrés Felipe Giraldo, el diseñador industrial Ricardo Andrés Conde y el especialista en materiales aeronáuticos José Fabián Carmona.
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La idea de diseñar un casco seguro para proteger al personal de salud, al de servicios comerciales y a las personas que viajan en avión surgió hace tres meses como respuesta a las necesidades de cuidado y protección ante la COVID-19.
Son cómodas, seguras y construidas con elementos de la más alta tecnología, según sus creadores. Foto: EFE
“Hicimos 84 pruebas diferentes de configuración, hicimos más de 25 pruebas de materiales diferentes”, detalla Giraldo, gerente de Quality Life Concept y diseñador de la burbuja que hoy tiene un valor comercial de unos 109 dólares.
La burbuja, dicen sus diseñadores, pesa 650 gramos y está compuesta por una estructura plástica; una parte eléctrica, en la que está el sistema de motor; filtros de alta calidad, como el N95, y una batería, que está en la parte trasera.
El aparato funciona con la "presión positiva, es decir que la presión dentro de la burbuja es mayor a la atmosférica, generando que el aire tienda a salir y no a entrar", explica el ingeniero Giraldo.
Unido al poco peso, la otra ventaja de la burbuja es que es transparente, lo que permite tener un mayor campo de visión. Tampoco se empaña y se ajusta al cuello con un velcro, lo que “la hace más cómoda”.
Con la burbuja se crea una barrera física que impide que quienes la usen se toquen la cara o se la quiten como ocurre con el tapabocas.
La idea es que el producto pueda llegar más adelante a mercados como Estados Unidos, España, Italia, Francia, Alemania y Polonia, explica, por su parte, Conde, quien aclara que el casco también lo puede utilizar cualquier persona.