Está preso por acosar a su expareja y le envió un juguete sexual: “Pensó que era una bomba”
La víctima llamó a la Policía por el paquete que le llegó a la puerta de su casa. Sin embargo, no era lo que imaginaba. Sucedió en Argentina.
Un hombre de 36 años, que cumple una condena de siete años de prisión por acosar a su expareja, quedó imputado nuevamente por amenazas agravadas. La víctima lo acusó de haberle enviado a su vivienda, ubicada en la localidad de San Isidro, Buenos Aires (Argentina), un paquete sospechoso y, aunque pensaban que era una bomba, terminó siendo un juguete sexual.
El acusado está identificado como Benjamín Ricardini, un analista de sistemas que cumple su tercera condena en el penal de San Martín. El sujeto está preso por arrojar una bomba molotov a la abogada de su expareja cuando salía de su vivienda.
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Según informa el medio TN, la víctima recibió el pasado 22 de junio un mensaje desconocido que decía: “Te va a llegar un paquete”. La mujer sospechó de su expareja Ricardini y, ese mismo día, alrededor de las 22.00 horas, tocaron el timbre de su casa. Sin embargo, un temor despertó en ella y no quiso abrir la puerta.
Argentina
El repartidor dejó la encomienda en la puerta y llamó a la Policía que llegó con la Brigada de Explosivos. “No era un explosivo. Lo que le habían enviado era un consolador, todo un mensaje en el contexto de violencia de género y hostigamiento padecido por la víctima”, indicó un testigo a Télam.
La fiscal que sigue el caso de Ricardini determinó que el hombre compró el paquete, pero lo había pagado con la tarjeta de crédito de un tercero. La investigación reveló que el juguete sexual había sido adquirido mediante un celular en la unidad 46, una zona de la cárcel de San Martín.
Inmediatamente, la Policía allanó la celda 5 del pabellón 6 de la Unidad 46 donde se encuentra preso Ricardini, pero no encontraron el móvil que buscaban. La fiscal comentó que el envío del paquete fue un acto intimidatorio para la víctima y apresó con una nueva causa como “amenazas agravadas por ser anónimas en concurso real con desobediencia”, ya que le habían prohibido comunicarse con su expareja en su última condena.