Rusia prohíbe el uso de respiradores vinculados con incendios mortales en dos hospitales
Los ventiladores de respiración pulmonar artificial Aventa-M fabricados en Rusia para pacientes con COVID-19 habían sido enviados a los Estados Unidos el mes pasado.
Rusia anunció este miércoles la prohibición del uso de un modelo de máquina de respiración artificial relacionada con dos incendios registrados en los últimos cuatro días dentro de las unidades de cuidados intensivos para pacientes con coronavirus, provocando la muerte de seis personas.
El Servicio Federal de Supervisión de la Atención Médica de Rusia, Roszdravnadzor, informó que los ventiladores Aventa-M, fabricados a partir del 1 de abril en el país, no serán utilizados hasta que termine la investigación sobre su seguridad.
Por su parte, la Oficina del Fiscal General de Rusia comunicó que realizará una auditoría para establecer las causas y condiciones de los hechos y evaluar legamente las acciones de los responsables de cumplir con los requisitos de seguridad contra incendios.
Estos aparatos de ventilación pulmonar artificial estaban siendo empleados para brindar atención médica en el Hospital St. George de San Petersburgo y el Hospital Clínico Spasokukotsky de Moscú, y hasta finales de año se esperaba entregar más de 7.000 unidades a los centros de salud rusos.
Sin embargo, este martes, cinco pacientes con COVID-19 internados en el hospital de San Petersburgo fallecieron en un incendio presuntamente causado por un cortocircuito u otra falla en un respirador mecánico Aventa-M, mientras que 150 personas fueron evacuadas del edificio.
Según el Dr. Valery Strizheletsky, jefe del Hospital St. George, la máquina se incendió “ante los ojos del médico” que trabajaba en la sala de UCI. Por otro lado, una fuente de la industria afirmó a la agencia de noticias Interfax que los ventiladores se incendiaron debido al mal cableado eléctrico, el cual fue forzado por la gran cantidad de equipos médicos que estaban funcionando simultáneamente.
Asimismo, un incidente similar se produjo el pasado sábado 9 de mayo, donde un paciente del hospital de Moscú perdió la vida en un siniestro cuando utilizaba el mismo modelo de ventilador y alrededor de 200 personas tuvieron que ser evacuadas del lugar.
Rusia había enviado un lote con docenas de ventiladores del mismo modelo a los Estados Unidos a principios de abril junto a otros suministros médicos como “ayuda humanitaria” tras la expansión de la pandemia del coronavirus en la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA, por sus siglas en inglés) señaló que los respiradores “no se han implementado en los hospitales” y, por precaución, serán devueltos a Rusia. La portavoz Janet Montesi dijo que la investigación que está en curso ayudará a determinar la decisión sobre su uso en el futuro.