Millones de niños pueden morir indirectamente por el coronavirus, lamenta la ONU
De acuerdo a António Guterres, secretario del organismo, la pandemia incrementará la desnutrición, la pobreza extrema y la falta de acceso a la educación en varios países.
Millones de niños en todo el mundo podrían perder la vida este año como consecuencia indirecta de la pandemia del coronavirus (COVID-19), según advirtió este jueves, 16 de abril, la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La entidad internacional apunta al cierre de las escuelas, a la saturación de hospitales y clínicas y, sobre todo, a la recesión causada por esta crisis, como grandes amenazas para los menores.
El resultado: que en solo un año se pueden perder los avances en materia de mortalidad infantil registrados durante los últimos dos o tres años.
“Afortunadamente, los niños se han visto en gran medida libres de los síntomas más severos de la enfermedad, pero sus vidas se han cambiado drásticamente”, señaló el jefe de la ONU, António Guterres.
Ante la expansión del coronavirus (COVID-19), el funcionario reclamó a los gobiernos medidas de protección específicas para los más pequeños.
Según las estimaciones de la organización, entre 42 y 66 millones de niños podrían caer este año a una situación de extrema pobreza, uniéndose a los alrededor de 386 millones que ya estaban en 2019.
COVID-19 en niños: pobreza extrema y desnutrición
Además, el cierre de las escuelas en 188 países, que afecta a unos 1.500 millones de alumnos, amenaza con disparar la malnutrición, pues casi 370 millones de niños en 143 países dependen de los colegios para tener una fuente de alimentación fiable.
A la ONU también le preocupa el golpe que estas medidas suponen para la enseñanza, sobre todo en los países con menos recursos, donde las clases a distancia son casi imposibles.
Además, la organización alerta del previsible aumento de los abusos domésticos en una situación de gran estrés para muchas familias y de que, sin las escuelas, se pierde un lugar clave para detectar este tipo de problemas.
Aunque pocos niños han fallecido por el coronavirus (COVID-19), la pandemia está complicando la prevención y tratamiento de otras enfermedades.
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Según la ONU, las campañas de vacunación contra la polio se han suspendido, las del sarampión están paralizadas en al menos 23 países y los niños tienen más problemas para ser tratados ante el desbordamiento de los hospitales.
“El impacto socioeconómico del virus y de las medidas de contención y mitigación que los gobiernos han puesto en marcha en todo el mundo son potencialmente catastróficos para millones de niños. Lo que empezó como una crisis sanitaria está evolucionando hacia una crisis más amplia para los derechos de los niños”, subrayó Guterres.
Ante esta situación, la ONU ve urgente expandir la asistencia social a las familias, garantizar alimentos para todos los menores, dar prioridad a la continuación de servicios como la vacunación y la atención pediátrica o crear protecciones específicas para niños vulenrables como migrantes, refugiados y huérfanos.