Gastó más de 6 mil dólares en muñecas para curarse de los ataques de pánico que atormentaban su vida [FOTOS]
Bev Roberts padecía de ansiedad generalizada producto de una enfermedad que la postró a una silla de ruedas. Tras divorciarse y sentir que el mundo se le caía encima, encontró la calma en los bebés de plástico.
Bev Roberts, una mujer de 48 años que vive en Liverpool (Reino Unido), padeció un severo problema de salud que la dejó postrada en una silla de ruedas sin ganas algunas de volver a las calles.
Tras padecer de fibromialgia, una condición que le provoca dolor generalizado que la imposibilitó de desplazarse por sus propios medios, la fémina cayó en un cuadro de ansiedad que la alejó de todo lo que conocía.
Tras renunciar a su empleo y divorciarse recientemente de su esposo Bill, Bev padecía de ataques de pánico constantes y creyó que tendría que vivir con ese martirio, según cuenta a Mirror.
Todo cambió cuando vio un anuncio de muñecas. Decidió comprarse una a 250 libras esterlinas (329 dólares) y asegura que le cambió completamente la vida, y ahora podrá disfrutar plenamente de la Navidad.
“No pensé ni por un minuto que serían terapéuticos, solo quería uno porque se veían tiernos”, resalta la mujer, que decidió bautizar a la muñeca Chloe.
"En el momento en que la abracé, ella era como un bebé de verdad. Tenía una sensación de seguridad y calidez, me hizo sentir totalmente en paz’’, añade.
Desde entonces, amplió su colección y ahora convive con Ryan, Angelo, Corey, Pennie-Sui, Lydia, Lucy-Mai, Rochelle, Navaya-Rose, Freya y Maisie-Leigh. Incluso tiene a un perro de juguete llamado Bobby.
Mantener a sus ‘hijos’ le ha costado poco más de 6 mil 500 dólares, ya que les compró coches, cestas de Moisés, asientos y ropa, así como juguetes para que ‘’se diviertan’’.
“Es mucho dinero para alguien como yo, estoy en una silla de ruedas, no puedo trabajar y no tengo mucho efectivo. Pero para mí, mis bebés son lo más importante del mundo. Me han devuelto la vida”, comenta Bev Roberts.
La ‘madre’ de estos muñecos, confiesa que los ataques de ansiedad y pánico desaparecieron gracias a que decidió llevarlos a su casa.
‘’Realmente siento que me han curado. Ahora puedo salir de la casa, todos los días, sin preocuparme siquiera. Mientras tenga un bebé en una honda o en un cochecito, me siento segura’’, concluye.