Hermanas separadas por volcán que destruyó su pueblo se reencuentran luego de 34 años
Las mujeres quedaron huérfanas luego una tragedia en noviembre de 1985, cuando la erupción del volcán Nevado del Ruiz sepultó por completo el pueblo donde vivían.
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Jenifer de la Rosa y Ángela Rondón, dos hermanas separadas por un desastre natural, decidieron contra su historia de reencuentro en una conferencia de prensa que brindaron este jueves en Bogotá, Colombia.
Las mujeres quedaron huérfanas luego de una tragedia en Armero en noviembre de 1985, cuando la erupción del volcán Nevado del Ruiz sepultó el lugar por completo separando a las hermanas por 34 años.
Jenifer y Ángela, quien entonces tenía apenas un año, fueron dos de los cientos de niños que quedaron huérfanos tras la catástrofe. El desastre natural cobró la vida de 25 mil personas.
Luego de ser salvados de los escombros, los menores eran entregados a servicios sociales y si ningún familiar venía por ellos, era dados en adopción.
Así fue como Jenifer terminó miles de kilómetros alejada de su hermana, ya que su nueva familia era española, mientras que a Ángela la adoptó una familia local, por lo que continuó viviendo en Colombia.
Jenifer siempre supo que fue adoptada, de hecho, sus nuevos padres siempre le compartían todo lo que sabían de su vida antes de quedar huérfana, incluso tenía el nombre de su madre biológica.
Pero los intentos por querer encontrarla a través de internet fueron en vano y ya de adulta retomó la búsqueda de sus familiares y acudió a la Fundación Armando Armero, a través de Francisco Gonzáles, que reúne a niños huérfanos viviendo en familias separadas.
Cuando Jenifer volvió a Colombia, con 34 años y una carrera como productora de documentales, conoció a otra mujer, que también buscaba a su madre con el mismo nombre, milagrosamente se trataba de su hermana Ángela.
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El encuentro se produjo hace un año, sin embrago no estaban totalmente seguras si en efecto eran hermanas. Debían esperar las pruebas de ADN realizadas.
Finalmente, este jueves recibieron los resultados que comprobaron el vínculo materno que las unía. Los científicos nos pudieron comprobar que eran hijas del mismo padre, por lo que necesitarían más material genético, pero las hermanas de madre están igual de aliviadas de haberse reencontrado.
“Somos un ejemplo de que los vínculos se construyen”, declaró Jenifer de la Rosa en conferencia de prensa.
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