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Los lugares del Sistema Solar donde la NASA sí halló indicios de vida

Las misiones espaciales de la NASA enviaron información reveladora sobre lo que está sucediendo en estos cuerpos celestes, los cuáles nos demuestran que la vida extraterrestre podría estar más cerca de lo que pensábamos.

El planeta enano Ceres (izquierda) y el satélite Encélado (derecha). Ambos presentan componentes básicos para la vida. Fotos: NASA.
El planeta enano Ceres (izquierda) y el satélite Encélado (derecha). Ambos presentan componentes básicos para la vida. Fotos: NASA.

Renzo Gonzales C.

Sería difícil de creer que todos los esfuerzos realizados por la NASA y otras agencias espaciales en la exploración de nuestro sistema solar no hayan logrado hallazgos significativos. De hecho, lo que estas misiones están encontrando va mucho más allá de las fascinantes vistas de los cuerpos celestes; se trata de las primeras respuestas a la búsqueda de vida extraterrestre.

Recientemente se ha dicho bastante sobre los hallazgos en Marte: los rastros de antiguos lagos y ríos, la posible vida que se extinguió hace 3.500 millones de años y las imágenes en alta definición de su superficie captadas por el robot Curiosity. Sin embargo, hasta ahora solo se ha comprobado que la vida en ese planeta no forma parte de su presente.

Afortunadamente, más allá del planeta rojo, las sondas espaciales nos han informado que la vida podría estar desarrollándose en este momento.

Ceres, el planeta enano más próximo

En febrero de 2017, la sonda Dawn de la NASA halló compuestos orgánicos en la superficie del planeta enano Ceres, ubicado en el cinturón de asteroides que se asienta entre las órbitas de Marte y Júpiter. El hallazgo fue detallado en un artículo publicado en Nature.

El vehículo había aterrizado en este cuerpo celeste a mediados del 2015. Sus instrumentos de observación y análisis demostraron que había agua helada e incluso la posibilidad de un océano subterráneo.

El increíble brillo que presenta Ceres en uno de sus cráteres se debe al reflejo de la luz del Sol sobre agua helada y otros compuestos altamente reflectantes. Foto: NASA.

El increíble brillo que presenta Ceres en uno de sus cráteres se debe al reflejo de la luz del Sol sobre agua helada y otros compuestos altamente reflectantes. Foto: NASA.

Luego, en un cráter nombrado Emutet, se detectó la presencia de materia orgánica alifática, compuesta por átomos de carbono e hidrógeno, así como otros elementos que reforzaban la evidencia de materia orgánica precursora de la vida.

En 2018, un año después del hallazgo de materia orgánica, la sonda Dawn arrojó nuevos resultados: el planeta enano está repleto de estos ingredientes, con una cantidad de carbono sin precedentes.

Desde su descubrimiento en 1801, Ceres no ha dejado de sorprender a los astrónomos: primero fue considerado planeta, luego asteroide (el más grande de su zona). Finalmente, en 2006, la Unión Astronómica lo comenzó a denominar planeta enano, ya que cumplía con las condiciones: era esférico y tenía una órbita fija alrededor del Sol.

Encélado, la luna más ‘viva’ de Saturno

Encélado es un satélite natural de Saturno que se caracteriza por estar envuelto en una capa de hielo, con una temperatura superficial de -200 grados centígrados. Sin embargo, a la sonda Cassini (NASA-ESA) solo le bastó con observarlo de cerca para concluir que Encélado es mucho más que una fachada inhóspita.

En 2018, un estudio señalaba que se habían detectado moléculas orgánicas ricas en carbono e hidrógeno (necesarias para la vida) siendo expulsadas por los géiseres de la superficie del satélite, que alberga un océano líquido en su interior.

La sonda Cassini captó las emisiones que salían disparadas desde la superficie de Encélado. Foto: NASA.

La sonda Cassini captó las emisiones que salían disparadas desde la superficie de Encélado. Foto: NASA.

Lamentablemente, los investigadores no lograron determinar si estas moléculas provenían del océano o solo se originaron por la actividad hidrotermal de los géiseres. Sin embargo, llegaría un nuevo hallazgo para despejar las dudas.

Este mes se publicó un estudio en Monthly Notices of the Royal Astronomical, también basado en las observaciones de Cassini, confirmó la presencia de moléculas orgánicas hidrosolubles en el hielo escupido por los géiseres, es decir, sí provenían de su océano.

Los científicos detallaron que, en la Tierra, estos compuestos orgánicos son parte de reacciones químicas que producen aminoácidos, los componentes básicos para la vida.

Titán y Europa: escenarios prometedores

En 2014, la sonda Cassini hizo un hallazgo en Titán, otra interesante luna de Saturno. La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) informaron que se habían encontrado aniones de la cadena de carbono en la atmósfera. Estas moléculas lineales son bloques de construcción hacia moléculas más complejas, las cuales pueden haber actuado como base para las primeras formas de vida en la Tierra.

Titán, captado por la sonda Cassini. Foto: NASA.

Titán, captado por la sonda Cassini. Foto: NASA.

En 2019, gracias a las observaciones de la antigua sonda Galilei y el telescopio espacial Hubble, ambos de la NASA, determinaron que había cloruro de sodio en la corteza de Europa (luna de Júpiter), aunque aún deben comprobar si proviene de su océano congelado o subterráneo (sí, tiene ambos). De confirmarse, sería el océano más parecido a los de la Tierra.

Para mediados de la década de 2020, la NASA tiene planeado enviar la nave Europa Clipper para examinar con mayor detalle las potenciales condiciones para la vida en este satélite natural.

La sonda Galilei investigó en la luna Europa. Foto: NASA.

La sonda Galilei investigó en la luna Europa. Foto: NASA.