“Ya no queremos ser invisibles”: Mujer trans de 88 años abrió Casa Hogar para adultos mayores LGTBI [FOTOS]
Samantha Flores que no se quedó de brazos ante la falta de apoyo hacia los adultos mayores de la comunidad LGTBI en México, y fundo un lugar donde ellos son acogidos. Conoce la historia de la Casa Hogar y algunos de sus integrantes aquí.
Samantha Flores es una activista trans de 88 años, que decidió fundar la primera Casa Hogar para adultos mayores LGTBI en México. El nombre escogido fue ‘Laetus Vitae’, que quiere decir ‘vida alegre’ en latín, y eso es lo que busca para todos sus miembros, que sean felices.
La fachada del local, ubicada en la Colonia Alamos, en Ciudad de México, tiene la fachada pintada de celeste y letras rosadas, y muestra orgullosa una bandera de la comunidad LGTBI. “Ya no queremos ser invisibles los adultos LGTBI, esta es mi tarea, dar este espacio”, le comenta a un medio de comunicación local.
‘Laetus Vitae’ no solo busca ser un espació de reunión libre de discriminación y prejuicios para sus integrantes, sino que también cuida su salud, pues hay dos médicos que visitan a los asistentes. Además, se donan medicinas, se brindan clases de meditación, hay una biblioteca y los domingos se celebra misa.
Un reciente estudio señala que aproximadamente el 3,4% de los adultos México son LGTBI, lo que representa casi 9 millones de personas, de las cuales, según el Instituto Nacional de Estadística, un millón son adultos mayores, y 433 mil de ellos se encuentran en situación de pobreza.
Pero la casa está abierta también a personas heterosexuales de la tercera edad que estén en situación de abandono y necesiten apoyo; incluso también se acercan jóvenes a compartir. El espacio tiene un grupo de voluntarios que ayudan y organizan actividades y talleres. “Vivimos de donaciones, y voluntariado, necesitamos ayuda todo el tiempo”.
Algunos de los miembros de ‘Laetus Vitae’ dieron su testimonio a la Agencia Presentes.
Martín, productor de hortalizas
“Vengo al Cine Club y a veces al apoyo para manejar el internet y el celular. La gente de la tercera edad tiene necesidad de socializar, estamos olvidados. Aquí es una oportunidad para que nosotros podamos conocer a otras personas que están en situación similar y poder emprender una relación de amistad con el fin de podernos acompañar en esta etapa de nuestra vida. Me gustaría decirle a la gente que están invitados a venir a este espacio. Porque siempre hay un lugar donde podemos acudir y podernos ayudar mutuamente a salir a adelante frente a las diferentes problemáticas que nos enfrentamos producto de nuestra edad.”
El sr. Martín. Foto: Presentes.
Irma, jubilada
“Me enteré porque pasé caminando y vi el letrero. Vengo los martes y los sábado. Ví todas las actividades que había. Los sábados pasan películas y dan clases de computación y el ambiente es muy padre, es muy bonito. Nos motiva mucho, nos entretiene y aprendo cosas nuevas. He aprendido a manejar el celular y entenderlo mejor, también socializo y conozco personas. Ya me encariñé con ellos.”
La sra. Irma. Foto: Presentes.
Omar
“Soy cubano y vivo en México hace 25 años. Conocí el lugar porque mi pareja es amiga de Samantha desde hace más de 30 años. Venimos los sábados al Cine Club. Pero venimos antes para socializar un poco, como ahora por ejemplo. Hay muchos que coincidimos siempre y tenemos un amistad. Después vemos la película y luego la comentamos. Las películas son sobre temas gays y para lesbianas. Yo creo que son importantes estos espacios porque dan mucha ayuda. Muchos adultos mayores padecen de soledad y pueden venir a compartir y hacer amigos. Y por otra parte hay apoyo médico, que muchos llegan a esa edad sin derechos a servicios médicos o llegan en una situación económica no favorable”.
Leticia, pintora
“Me contó una compañera que por la zona había un color rosa y algo de la diversidad y me vine. Pero no tengo ni una semana aquí. Quiero venir aquí porque necesito platicar y platicar, es que acaba de fallecer mi madre. Bajé 15 kilos, tengo ataque de pánicos, tuve bronquitis, pero ahí voy. No quiero encerrarme, quiero convivir. Hoy vine a ver al médico que hay aquí porque no puedo dormir. Y a ver si me receta algo. Pero no trajo el recetario y me lo va a dejar mañana con el padre en la misa que hay aquí los domingos. Aquí una colaboradora me dijo que fume marihuana, pero yo no soy de esas, yo no quiero eso. Necesito un calmante. Yo sufro mucho de soledad, por eso aquí quiero conocer gente”.
La sra. Leticia. Foto: Presentes.