Menores refugiados se prostituyen para sobrevivir: "No vengan, es mejor quedarse donde hay guerra”
En la plaza Síntagma, el corazón de la capital griega, adolescentes sirios que huyeron de la guerra venden su cuerpo para subsistir. Sus testimonios revelan una atroz realidad: por ejemplo, el precio varía si se emplea preservativo o no.
Agrupados en la plaza Síntagma, en Atenas, capital de Grecia, decenas de jóvenes sirios se enfrentan al hambre, al frío y a la miseria.
Allí, en el corazón geográfico de la ciudad, se intercambia sexo por dinero a cualquier hora del día.
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Estos menores que huyeron de la guerra, y buscaron refugio en esa parte del mundo, venden su cuerpo para sobrevivir. Es la única manera que conocen ante la ilegalidad y un sistema distante.
Sus historias fueron recogidas en un documental realizado por RT en español.
Para los miles de refugiados que llegan a Grecia, Europa no está resultando ninguna tierra de acogida.
En Atenas, cientos de adolescentes que huyeron de las guerras en sus países, malviven vagabundeando en las calles.
Sin ningún tipo de ingresos, esperan —en vano— que la administración les ofrezca alguna solución. Para subsistir se ven abocados a las dos únicas formas de conseguir dinero que encuentran: la delincuencia y la prostitución.
Foto: Captura RT.
Uno de los 18 mil refugiados sirios asentados en Grecia según Unicef, declaró a ese medio que es la "forma más fácil de ganar dinero”, además “el gobierno ha desentendido” su situación.
Como él, uno de cada cinco adolescentes está solo, es decir, son una vida a la deriva.
“Cuando tengo dinero voy a un hotel. Cuando no hay, duermo en la calle. Qué vamos a hacer”, comentó este adolescente.
“Aquí en Grecia, ¿dónde está la humanidad? En Alemania, Europa, España, hay humanidad, aquí no”, agregó.
La mayoría de ellos ha escapado de los campos de refugiados, tras una pelea entre marroquíes mayormente, o por problemas internos.
La calle se ha convertido en su casa. La calle es, al mismo tiempo, una amenaza.
“Aquí me ofrezco... la mayoría [de los clientes] son de Canadá, Francia... suelen tener más de 40 años. Primero vamos a un café y después vamos a un hotel o una casa”, comentó otro joven a RT.
Diez euros, veinte, no más: eso es lo que pueden obtener por sus servicios sexuales. El precio varía si se emplea preservativo o no, lo que acentúa el peligro ante las enfermedades de transmisión sexual.
De acuerdo a la ONU, el número de personas desplazadas y refugiados en el mundo aumentó desde 2009, y registró un fuerte aumento entre 2012 y 2015 con el conflicto sirio.
En el caso de los refugiados, 5,5 millones son palestinos, que están bajo responsabilidad de una agencia específica de la Organización.
Del resto, la mayoría proviene de cinco países: Siria, Afganistán, Sudán del Sur, Birmania y Somalia.
Los sirios —más de medio millón— son también los que presentaron la mayor cantidad de solicitudes de asilo el año pasado, la mayoría de ellos en Turquía.
“A cualquiera que quiera venir (a Grecia) le diría: ¡No vengas! Es mejor quedarse donde hay guerra”, dice el joven que aparece la mayor parte del documental.