En Argentina, la única forma de poder denunciar casos de violencia de género es a través de llamadas o atención con personas que no conocen el lenguaje de señas.,Un programa en Argentina dedicado a brindar asistencia a mujeres que padecen violencia de género presentó este miércoles una guía de recomendaciones para el acceso efectivo de las víctimas a la Justicia. La ‘Guía de recomendaciones para el acceso a la Justicia de mujeres sordas víctimas de violencia de género’ ha sido elaborada por el programa “Sordas Sin Violencia” con el apoyo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). PUEDES VER Colombia: Se realizará cumbre para protección de menores de turismo sexual Este programa es un servicio de acompañamiento para mujeres sordas víctimas de violencias en Argentina, y es impulsado por las organizaciones Enlaces Territoriales para la Equidad de Género y Fundación de Padres y Familiares de Personas Sordas para su Integración (Fundasor). “Esta guía está orientada a profesionales oyentes que trabajan en instituciones de atención a víctimas de violencia de género y que deben estar formadas en caso de que se presente una mujer sorda”, contó Mariana Reuter, coordinadora de Sordas Sin Violencia e integrante de Fundasor. En lengua de señas, Reuter indicó que desde el Estado argentino “faltan políticas públicas” de atención a las mujeres sordas, mientras que en esta comunidad faltan “mujeres empoderadas, “conscientes de sus derechos y de cómo cuidarse”. Ester Mancera, directora ejecutiva de Enlaces Territoriales para la Equidad de Género y directora operativa de Sordas Sin Violencia, explicó que los profesionales de la Justicia, de la salud y de fuerzas de seguridad que reciben a una víctima deben tener en cuenta que “la comunidad sorda tiene su lengua y su cultura”. “Es importante tener paciencia, saber que asistir a una mujer sorda va a requerir el doble de tiempo que una mujer oyente, y estar tranquilos a la hora de generar una empatía para que la mujer se sienta cómoda y acompañada”, afirmó. Ella también apuntó que la mujer sorda no tiene acceso a la información sobre violencia de género, que está pensada solo para oyentes, los servicios de emergencia son todos telefónicos y las oficinas públicas de atención no tienen intérpretes de lengua de señas.