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Miguel Samamé a 8 años del deceso de Gustavo Cerati: Su legado es el contenido filosófico en sus letras

Septiembre marcó el octavo aniversario de la muerte de Gustavo Cerati, el músico que cambió para siempre el rock argentino. Su imitador en “Yo soy”, Miguel Samamé, en entrevista con La República, hace una reflexión sobre estos años sin el líder de Soda Stereo.

Miguel Samamé saltó a la fama con su icónica imitación de Gustavo Cerati en "Yo soy". Foto: composición LR/Miguel Samamé/Instagram/Rock and pop
Miguel Samamé saltó a la fama con su icónica imitación de Gustavo Cerati en "Yo soy". Foto: composición LR/Miguel Samamé/Instagram/Rock and pop

Desde el 4 de septiembre de 2014, el rock latino no fue el mismo. Tras estar cuatro años en coma, Gustavo Cerati partió para siempre al ‘lago en el cielo’ y sus fanáticos en todo el mundo lloraron su muerte.

Tras varios años de su deceso, en Perú se seguía escuchando su música. Después de todo, estamos hablando de uno de los músicos más legendarios de la historia. Pero siempre quedaba esa sensación de dolor de ya no poder disfrutar de sus canciones en vivo.

Un día, Miguel Samamé apareció en la audición de “Yo soy”. El cantante llegaba a imitar a su ídolo, el que veía a su amada a través de su ‘persiana americana’. Su voz era muy similar, y por primera vez en varios años, la audiencia peruana recordaba esos momentos en que Gustavo Cerati podía entonarnos sus más grandes éxitos.

El imitador del líder de Soda Stereo habla con La República sobre la herencia que nos dejó el argentino y el significado de sus letras. También nos cuenta cuál fue su impresión del programa de Latina y su carrera actual.

Miguel Samamé en "Yo soy". Foto: Latina

Miguel Samamé en "Yo soy". Foto: Latina

El legado Cerati

A ocho años de la muerte de Gustavo Cerati, ¿cuál crees que es la herencia más importante que dejó para todos sus fanáticos?

Tiene un legado musical bastante amplio, una carrera muy larga. La primera mitad de los 80 hasta el 2010, 30 años de música, un basto contenido artístico, con una discografía grande, tanto con Soda Stereo como solista.

Muy aparte de eso, hay un contenido filosófico muy profundo dentro de las canciones de Gustavo Cerati, como los temas cristianos, bíblicos, budistas y de oriente. En ese aspecto, a mí parecer, ese sería su legado más importante.

A tus conciertos tributo suelen ir jóvenes quienes no estuvieron durante el auge de Soda Stereo, ¿cómo te hace sentir que a las nuevas generaciones también les encante la música de Cerati?

Me hace sentir feliz porque el contenido filosófico de Gustavo Cerati se va a ir perpetuando a través de las próximas generaciones. Poco a poco, cuando estos jóvenes comiencen a entender o leer, van a darse cuenta de este legado.

Esto es importante, porque dentro de las distintas corrientes de pensamiento hay mucho resentimiento a las religiones convencionales. Gustavo no representa a la religión, es un artista que canta para todo el mundo, pero el mensaje está ahí. El contenido, como el concepto de amor, está libre de una postura religiosa, se encuentra liberado del dogma y la doctrina.

Soda Stereo durante la legendaria gira "El último concierto". Foto: Soda Stereo/YouTube

Soda Stereo durante la legendaria gira "El último concierto". Foto: Soda Stereo/YouTube

Sobre los temas de religión y filosofía, ¿en qué canciones de Gustavo Cerati consideras que están mejor expresadas?

Por ejemplo, el tema “Vivo”, una sus mejores canciones de su etapa como solista. En su letra dice “el fin del mar, el fin de amar, es sentirse vivo”, esto quiere decir el propósito de todo lo que existe en el universo es sentir la vida corriendo a través de la existencia. El mar es contenedor de vida, y, según los estudios evolucionistas, la vida surgió del mar.

Esta canción habla de que los seres humanos somos solamente una forma que contiene un alma, por eso la parte de “me pondré el uniforme de piel humana, no esperaba tanto resplandor”. También hace referencia a un texto bíblico que dice “nosotros somos la mitad, cuando hayamos salido de este mundo conoceremos la otra mitad”.

Otro tema es “Siempre es hoy”, que habla de la inocencia y la pureza del alma, la cual se mantiene, se sostiene en el presente eterno, sin miedo al futuro por culpa de los acontecimientos pasados. También hace referencia a esto en “Magia” de su disco “Fuerza natural”.

De su tiempo en Soda Stereo, tenemos a “El rito”, que habla de aquella misteriosa forma a la cual no tenemos acceso, no la podemos conocer. No se refiere a una mujer, habla del desierto del pensamiento, el silencio, la introspección y abandonar todos los conceptos, dogmas y doctrinas religiosas para tener un encuentro cercano con aquella forma que va a ir destruyendo nuestros aspectos más toscos. Esto lo expresa en la letra “desafiando el rito, destruyendo mitos, sueles encontrarme en cualquier lugar”.

¿Qué canciones te suelen pedir en tus conciertos tributo?

En los shows se juntan personas de distintas generaciones y distintos intereses. Son 30 años de carrera y muchos que fueron fans de Soda Stereo dejaron de seguir a la banda después su tercer y cuarto disco, cuando la música se convirtió más conceptual, muchos no lo entendieron y les pareció que estaban yendo a un lado más ácido y agrio.

Algunos les gusta la faceta más pop de Gustavo Cerati, la más comercial. Otros sí sintieron el mensaje filosófico y espiritual. Hay gente que pide “Vivo”, que a mí me encanta cantarla. Nunca falta los que solicitan “De música ligera” o “Prófugos” y me repiten toda la noche esas canciones, ellos pagan su entrada para escuchar solo esas canciones.

Aun así, hay fans que sí les interesa sentir la energía de esas canciones más místicas. Me piden una enorme variedad de temas.

Miguel Samamé comenta que sus fanáticos le piden todo tipo de canciones de Gustavo Cerati. Foto: Miguel Samamé/Facebook

Miguel Samamé comenta que sus fanáticos le piden todo tipo de canciones de Gustavo Cerati. Foto: Miguel Samamé/Facebook

La experiencia “Yo soy”

¿Cómo recuerdas tu paso por “Yo soy”? En algún momento llegaste a rechazar regresar al programa.

Hay que ver el contexto en la que se dio esa temporada, ya que fue durante el tiempo del encierro. La situación se tornaba complicada por un incremento de los muertos: el programa no ofrecía premio o, por los menos, pagarte los pasajes. Me parecía que se estaba cometiendo un poco de abuso, los artistas iban sin sacar mucho provecho.

Yo me había posicionado a nivel nacional e internacional. Exponerme a mí y a mi familia, solamente por el aplauso, no me interesaba; eso es algo que puedo hacer por mis redes. En mi casa había armado un pequeño estudio, donde hacía transmisiones casi a diario. Siempre tenía a mis seguidores más fieles y amigos, no me interesaba mucho la televisión.

Sin embargo, antes de eso, para mí fue una experiencia increíble. Hubo cosas que me parecieron injustas, comprendo que es parte de la TV y, a veces, evalúa más el rating que la justicia. De todas maneras, le tengo un gran agradecimiento a “Yo soy” porque me hizo conocido a nivel internacional.

Me dio la posibilidad de viajar a Argentina, Paraguay, Ecuador y México, donde toqué en cinco conciertos sinfónicos. Gracias al programa, pude estar allí. La televisión no me dio una formación profesional, yo ya la tenía. Lo que no poseía era la facilidad de subirme a un escenario sin tener miedo al público, para miles de personas. Me dio una gran confianza. Ese fue el regalo de “Yo soy”: la popularidad y la confianza en mí mismo.

¿A qué te dedicaste después de tu paso por “Yo soy”?

Toda mi vida me he dedicado a la música. He saltado de productor, técnico de sonido, músico y arreglista, pero siempre me he mantenido dentro del ambiente musical. Intenté hacer algo con una banda de amigos, muy buenos artistas, llamada “Rabel”, pero no se concretó.

Creamos un tema, pero el problema fue que había muchos músicos que han sido líderes de otras bandas, no podíamos ponernos de acuerdo.

Miguel Samamé sorprendió a toda la audiencia de "Yo soy" con su imitación de Gustavo Cerati. Foto: Latina

Miguel Samamé sorprendió a toda la audiencia de "Yo soy" con su imitación de Gustavo Cerati. Foto: Latina