Espectáculos

Mónica Delta y la vez que emigró a Estados Unidos para iniciar de cero: “No había cabida para mí”

Mónica Delta reveló un sensible episodio de su vida cuando viajó al país norteamericano para iniciar una nueva etapa de su vida, lejos de los reflectores de la pantalla chica.

Mónica Delta resaltó el trabajo de los investigadores del dominical 'Punto final'. Foto: Instagram
Mónica Delta resaltó el trabajo de los investigadores del dominical 'Punto final'. Foto: Instagram

Reconocida como la periodista de televisión más influyente por tercer año consecutivo, Mónica Delta reflexiona sobre la exigencia creciente del periodismo actual, especialmente en un contexto de corrupción e ineficiencia. Destaca la necesidad de ir más allá en las investigaciones y analizar a fondo los acontecimientos para informar al público de manera objetiva. Asimismo, resalta la importancia de la responsabilidad tanto de los periodistas como de los ciudadanos en la búsqueda de la verdad.

―'Punto final' cumple 15 años al aire, ¿cómo se siente al respecto?

―Pues muy contenta, muy orgullosa del equipo que represento. Es un trabajo de cada semana y la verdad que es un aprendizaje permanente, las denuncias y las investigaciones cada vez son más grandes y aprendo de cada uno de los reporteros; la verdad porque cada uno de ellos es un investigador y lo que yo trato de hacer es de recoger el espíritu de lo que es 'Punto final' y rodearlo en la pantalla. Es decir, hablo con cada uno de ellos, me empapo del trabajo que realizan y eso es lo que hace que seamos un equipo bien afiatado. Hemos llegado a tener un equipo muy interesante con el apoyo de la Unidad de Investigación que trabaja para todo el área, pero evidentemente hay trabajos especiales que hace para nosotros en 'Punto final'.

―¿Cómo es el proceso entre producción y tu rol como conductora si cada domingo presentan actualizaciones de los casos o nuevos casos?

― Mira, hay investigaciones a corto plazo, hay investigaciones que toman mucho más tiempo, sobre todo las investigaciones que están en la unidad, que es especialmente la que tiene un timing (tiempo) diferente al que tenemos dentro del equipo de 'Punto final'. Los lunes descansan todos menos yo porque tengo el noticiero en la noche. Pero ellos trabajan intensamente viernes y sábado, así que hay una compensación ahí, pero el martes hay una discusión muy muy intensa, cada uno viene proponiendo sus temas, y durante la semana van cambiando las cosas.

Una de las características de 'Punto final' es que no soltamos la presa. Por ejemplo, hace un año destapamos el caso de mucha sueldos de Magaly Ruiz, ha pasado un año y recién se plantea una acusación constitucional. Hemos seguido durante los 12 meses el caso con detalle y cada vez que había una variante, la planteábamos dentro del programa. Esa es una de las características, no soltamos la revelación ni la denuncia en un solo domingo, se hace el seguimiento. Cada uno de los miembros del equipo saben que tienen a su cargo los casos que han destapado y que han denunciado, entonces, de verdad es un trabajo bien exigente y la competencia es muy dura.

― Hace poco fue elegida como la periodista de televisión más influyente por tercer año consecutivo...

― Bueno, mira, tengo la suerte de que en los últimos tres años la gente ha determinado, este grupo de gente privilegiado que tiene acceso a la información, que toma decisiones, que influencia, y eso hace que efectivamente yo tenga mucho más cuidado en el sentido de no solamente informarme, analizar y percibir, sino no tener ningún interés específico. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Cuáles son los elementos? Y eso entregarle al público. Yo creo que ahí está el trabajo, eso uno lo aprende en el tiempo que tienes en tu propio trabajo, pero hay un aprendizaje y es lo que creo que ha valorado (el público) en mí.

― ¿El trabajo de los periodistas de hoy en día está más exigente? La investigación en esta materia se ha visto en incremento desde el gobierno de Castillo.

― Yo creo que incluso los periodistas han afilado mucho más sus plumas y se han esforzado mucho más en descubrir cosas, porque la situación lo amerita, y esto ya ha quedado para siempre, en el sentido de no tener miedo, de ir más allá cuando sabemos que estamos no solamente rodeados de ineficiencia, sino de corrupción. Entonces, yo sí creo que hemos avanzado en ese sentido y creo que, además, hoy se ha abierto una puerta que ya no se va a cerrar.
Y sí, creo que hay una involución de la clase política y en la que tenemos que tener mucho más cuidado, los periodistas, pero también los ciudadanos, o sea, tiene que haber una necesidad de valorar la responsabilidad de cada uno de nosotros para tener una salida al final del túnel, ¿no? Yo sí creo que el periodismo está más exigente que antes.

― En la década de los 90 y principios de los 2000, el caso de Alex Brocca y Ernesto Pimentel era muy sonado. ¿Tuvo algún alcance al respecto en esa época?

― La verdad ninguno. Yo conozco a Ernesto Pimental desde hace muchísimo tiempo, conozco personajes, pero tengo que confesar que yo soy una periodista que normalmente no está nada informada del mundo del espectáculo, no lo digo ni con orgullo ni con pesar lo digo simple y llanamente porque no es algo que a mí me genere una atención en particular. Sé que ha habido una discusión, sé que Ernesto Pimentel estrenaba una película, sé que tenía una relación sentimental con esta persona, sí, por el padecimiento que han tenido, pero más allá de eso no podría dar una opinión.

― Se ha estrenado la película ‘Vivo o muerto’, ¿cómo le gustaría tomar los comentarios de algunas personas que aún la relacionan con el expresidente García?

― Así como están generando todo un debate si está vivo o si está muerto, yo quiero que descanse en paz y yo ya he dicho lo que tengo que decir, tengo 65 años, llevo 30 y tantos años escuchando la misma monserga y la verdad a mí personalmente este no me interesa en absoluto contestar por ninguna razón, no porque no pueda, sino porque ya contesté. Pero si la gente quiere creer en fantasmas que siga creyendo en fantasmas, a mí personalmente no me preocupa.

― Hablemos un poco de su estadía en Estados Unidos. Leí que quiso empezar de cero en la época de Toledo, ¿eso es cierto?, ¿qué pasó?

― Claro, tú eres muy joven, pero sí, fue una campaña muy dura. Toledo se le había metido en la cabeza que nosotros estábamos interesados en descalificarlo. Yo le hice, en más de una oportunidad, entrevistas complejas, difíciles. Él apareció en algún momento, cuando yo estaba haciendo una entrevista en Panorama (Panamericana Televisión), con con varias copas de más diciendo tonterías y lo cuadré, lo puse en su lugar. Yo sabía que si iba a salir de presidente, yo iba a tener serios (problemas); además porque el canal y el dueño del canal de ese momento estuvo vinculado a (Vladimiro) Montesinos.

Entonces, claro, yo era la cara del canal en el momento que entra Genaro Delgado Parker. Yo salgo porque simple y llanamente no había cabida para mí; luego me llaman de otro canal, pero después me dicen que, desde arriba, desde el poder más alto, habían señalado que si me contrataban no les iban a poner publicidad, cosas que pasan siempre en la televisión. Eso lo ha aprendido con el tiempo, siempre hay estas cosas. Me di cuenta que no había cabida para mí, tomé una decisión importante y difícil. Pasaba por un momento personal difícil, de una separación, un divorcio, y me fui con una mano adelante y la otra atrás y empezar de cero, sí.

― ¿Cuánto tiempo se quedó en Estados Unidos?

―Yo me quedé siete años. Empecé estudiando con una amiga, me refugié en su casa y llevé a mi hija. Después, entré a trabajar a un programa de radio de política y estuve en Univisión. Cuando enfermó mi madre, ya tomé la decisión de regresar y en cuanto regreso ya las oportunidades seguían ahí. Antes de regresar me encontré con Baruch Ichver, me mandó un mensaje y dijo que quería reunirse conmigo. Me habló de contratarme en Latina y, desde ese entonces, estoy en Latina, desde el año 2009.