Espectáculos

Tula Rodriguez: “Empecé a mirarme al espejo y a quererme. Conecté con mi raza y comencé a amarme"

Tula Rodríguez regresó a la TV. con segunda temporada de ‘Bueno, bonito, bravazo’ . Habla de su autoestima y cómo es criar a una hija adolescente.

Volvió con nueva temporada de ‘Bueno, bonito, bravazo’ por TV. Perú. “Valoro la empatía que tengo con el público”, dice. Foto: difusión
Volvió con nueva temporada de ‘Bueno, bonito, bravazo’ por TV. Perú. “Valoro la empatía que tengo con el público”, dice. Foto: difusión

“Yo respeto a todos los buenos realities que existen donde están mis compañeros artistas, pero acá, en ‘Bueno, bonito, bravazo’, nuestras amas de casa inventan platos que luego se venden a cuatro soles cada uno. Además, es chévere porque el programa sirve para ayuda social, ya que un 20% de lo preparado se dona a personas de escasos recursos o vulnerables”. Tula Rodríguez habla así del regreso del espacio dominical de TV Perú (1.00 p.m.) donde las mujeres de los comedores populares muestran su creatividad, experiencia de la mano de una buena sazón. “Es una segunda temporada, en la primera se emitieron once ediciones y la verdad, de corazón lo digo, la gente lo ha recibido con mucho cariño”.

-Durante el estreno hiciste hincapié en que el fin era visibilizar a las mujeres. ¿Se cumplió?

-Sí, como programa dimos entretenimiento y valorando a mujeres que cocinan con mucho amor no solo para vender sus platos sino para donarlos a huérfanos y gente de extrema pobreza. Se habla tanto de la pobreza humana, pero no de la riqueza del corazón y creo que eso se cumplió con creces.

La conductora y actriz señala que la empatía que logra con las amas de casa la valora mucho. “Yo ya no vivo en mi barrio, pero el barrio no se ha ido de mí, y creo que eso me permite conectar, ponerme siempre del otro lado. Soy una mujer adulta, emergente, que estoy acá porque puedo hablar de una realidad que viví en un momento. Acá, por ejemplo, uno de los premios es un tanque de agua, que a unos tal vez no les sume, pero para otros es necesario, ¡vital! Cómo no conectar con quienes necesitan ese tanque de agua cuando yo me he bañado con un balde, y esa agua se usaba para el baño o para trapear el piso”. 

-Y a propósito de conectar, en tus redes sociales, el público celebra y comenta cómo corriges a Valentina, tu hija adolescente.

-(Ríe) Cuando viene con algún temita yo la ubico en su tiempo y espacio. Recuerdo que un día saqué mis tangas y le dije: ‘Tu madre bailaba y con esto se ganaba la vida’. Es importante aterrizarla y más cuando no se conoce una necesidad. Los padres no nacemos sabiendo todo, somos humanos, pero ahí andamos con mi Vale. La verdad, no me trae problemas, es una adolescente y como todas tiene sus cosas, pero ella es perfecta para mí. Lo único que quiero es criar una chica empática, una niña de bien que más allá de la belleza que toda mujer tiene, quiero ver a una mujer hermosa de alma y corazón. “Eres adolescente, sí, pero acá está tú madre para ubicarte”, le digo.

-¿Y alguna vez sentiste que te olvidabas de tus orígenes?

-Creo que cuando era vedette. Cuando eres chibola hay un momento en que quieres encajar en un lugar que no es el tuyo. Recuerdo que quería tener un mechón rubio, pero luego empecé a mirarme al espejo y a quererme y por eso tengo el pelo negro hace más de 20 años. Conecté con mi raza, comencé a amarme. Y mira ahora todo ha ido cambiando, hasta las protagonistas de las telenovelas son chicas como una y ya no rubias, como aquella telenovela ‘Natacha’.

-Dijiste que en el 2023 acababa el luto y abrirías las puertas de tu corazón.

-¡Pero nada! Y es que no me gusta nadie (ríe) ni coqueteo ni me escriben porque no le doy mi número a nadie.