Diosdado Gaitán Castro recuerda el dolor de perder a su padre justo antes de un concierto: "No lo supero"
Diosdado Gaitán Castro reflexiona sobre su viaje en la música andina, desde sus inicios en Ayacucho hasta su proyección global. Además, destaca la importancia de preservar las raíces de este género.
Desde los primeros acordes que escuchó en su infancia, Diosdado Gaitán Castro supo que la música andina sería su camino. Con una carrera marcada por grandes logros y desafíos personales, ha sido testigo de la evolución de este género musical a lo largo de los años, mientras se mantiene fiel a sus raíces. En esta entrevista, Gaitán Castro nos comparte sus reflexiones sobre su trayecto artístico y la importancia de preservar la autenticidad de la música andina.
Con humildad y pasión, nos cuenta cómo la música le ha permitido viajar por los cinco continentes, pero también cómo los momentos más difíciles de su vida han dejado una huella imborrable en su alma. Desde sus inicios en Ayacucho hasta la proyección global de la música andina, su historia es un testimonio de lucha, perseverancia y amor por las tradiciones.
—¿Cómo fueron tus inicios en la música? ¿Quién o qué te inspiró a seguir en este camino artístico?
—Bueno, mis inicios sin dudas se dieron en Ayacucho una tierra especial. Fue terminando la secundaria. Mi profesor era un gran guitarrista. Esa invitación me hizo bien para que yo pueda inclinar mi gusto y mi preferencia este tipo de música. Aquellas épocas en realidad el gusto por el rock and roll también era grande y la buena música de los 70s de los 80s y nos conmovía mucho, pero cuando se dio la posibilidad de definir con qué música me quedaba decidí por la música ayacuchana la música andina porque sabía que con esta música podía este expresarme de la mejor manera
—¿Cuáles son los recuerdos más significativos de tu niñez que marcaron tu conexión con la música andina?
—En mis primeros años de existencia, mi mamá se dedicaba al rubro de la gastronomía, su restaurante se llamaba 'Oh qué bueno'. Se levantaba muy temprano, a las 5 de la mañana la gente se iba a trabajar y ella ya tenía listo el desayuno. Entonces, los hermanos menores de mi mamá prendían los tocadiscos y ponían su música andina. En las mañanas escuchábamos al gran Raúl García Zárate, al Trío Ayacucho, Los Campesinos, Los Heraldos. Ellos eran jóvenes y ponían la música a todo volumen y les llamaba la atención para que sus hijos (nosotros) no nos levantemos. Eso recuerdo de mi niñez.
—Sabemos que la carrera musical tiene momentos difíciles. ¿Cuál crees que ha sido el reto más grande que has enfrentado en tu trayectoria y cómo lo superaste?
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—Dentro de mi carrera se dio un hecho muy muy terrible, que me marcó para siempre y hasta ahora no puedo superar esa situación. Estábamos a punto de hacer un concierto artístico en la ciudad de Cerro de Pasco y ya estábamos para ir al coliseo. Estaba lleno de gente y recibo la noticia que mi padre había sido asesinado y nosotros estábamos en esa incertidumbre. Al final, decidimos ir a cantar, con el dolor de que mi papá ya no estaba entre nosotros. Tuvimos que enfrentar la dura realidad. Hay una canción que me azota el alma cada vez que la canto se llama 'El Olvido'. Tenía veintitantos años.
—Por otro lado. ¿Qué es lo más bonito que te ha pasado en tu carrera como músico? ¿Hay algún momento o logro que atesores especialmente?
—He vivido muchos momentos bonitos, pero los más hermosos es, sin duda, cuando compartes con la gente. Recuerdo cuando hicimos en concierto en el Coliseo Eduardo Dibós. Fue un lleno total. La gente pugnaba por entrar y ya no podía entrar ni un alma, todo estaba lleno. Ese momento fue icónico, era como el triunfo de la música en una ciudad capital que hasta ese entonces no valoraba la música andina. Había un rechazo a los andinos. Ese momento se volvió histórico. Los artistas nacionales se dieron cuenta que sí podíamos hacer cosas grandes.
—Tu música ha influido a generaciones de artistas, indudablemente. ¿Qué legado te gustaría dejar en la música andina peruana?
—Yo estoy trabajando, simplemente en el afán de que toda la obra que se está realizando que quede como documento para la posteridad. hoy en día la gente está abocada a ser cierta este fusión entre comillas, pero esa fusión en realidad se está viendo trastocada porque en el afán de vender no se están ocupando de investigar y estudiar los ritmos, las culturas, las tradiciones, y eso es lo que a mí me preocupa.
Entonces, estos discos que yo voy dejando que sean como un documento para que ellos puedan encontrar una información más acerca de esto que tenemos que es muy vasto y muy rico y muy sorprendente. Me gustaría que los nuevos valores tengan en cuenta esto.
—Ha mencionado en distintas ocasiones la importancia de internacionalizar la música andina ¿Cómo ve la proyección de este género en el escenario global actualmente?
—Se ha avanzado bastante. Esta música me ha dado alas para volar por los cinco continentes, viajar por muchos países. Veo que muchos de mis compañeros también están haciendo ello, pero todavía falta. Por lo pronto, muchos de los viajes que hacemos es para peruanos y peruanistas, pero me gustaría que esto se contagie por todo el mundo. No es fácil, es un proyecto ambiciosa, pero soñar no cuesta nada. Las fuerzas no creo que me den, pero daré lo mejor hasta el último día de mi existencia.
Gaitán Castro ofrecerá un concierto en el Coliseo Dibós. Foto: difusión
—Muchos jóvenes artistas están incursionando en la música andina con fusiones de otros géneros ¿Qué conejos le daría a quienes están comenzando en este camino, especialmente en cuanto a mantener sus raíces?
He visto que la música andina se está fusionado. No sé si fusión o confusión. Pasa que hay géneros muy moldeables a otros géneros. Por ejemplo, el jazz, creo que le hace bien a otros géneros. Incluso el rock, pero a veces hay una fusiones con lo tropical, ya eso no me parece que le esté haciendo evolucionar a la música andina.
Yo les pediría a los nuevos talentos que traten de voltear y ampliar su mirada y vean que hay otros géneros que son mucho más llevaderos para con nuestra música andina.
—¿Qué piensas del papel de la tecnología y las plataformas digital en la difusión de la música andina ¿Crees que ha ayudado en su internacionalización?
—Ayuda bastante. Nosotros nunca hemos estado ajenos a la tecnología. Yo creo que el binomio tradición y tecnología es alucinante y hay que aprovechar. Las plataformas digitales nos dan muchas facilidades. Está en nosotros presentar mejores proyectos para seguir sorprendiendo al mundo.
—Si pudieras volver a los inicios de tu carrera ¿Cambiarías algo en tu trayectoria o decisiones?
—El tiempo. Hay momentos en que no valoré el tiempo. A veces, seguramente, decidí dormir más o hacer un viaje más. Posiblemente, de no haber sido así, habría avanzado más. A los jóvenes de mi banda les digo que aprovechen el tiempo. Muchos músicos arrancan su día a las 10 u 11 de la mañana, pero no. Yo les digo: 'Mientras tú duermes, otros están avanzando'. Trato de inculcar que ellos arranquen su día muy temprano.
—Aparte de la música, ¿culminaste alguna carrera universitaria?
—Estaba estudiando Administración de Empresas, pero el arte copó todo mi tiempo. El arte es muy demandante.
—¿Qué planes tiene para el futuro en cuanto a nuevos proyectos? ¿Hay algún evento que nos puedas adelantar?
—Ahora mismo estamos presentando un espectáculo denominado 'Que viva la tradición' y cuento con cuatro artistas que para mí son pilares. Son gente con mucho trajinar en el arte, muy experimentados, muy respetados. Ellos son Manuelcha Prado, el dúo José María Arguedas, y, Julia Illanes y Ronald Contreras. Estamos haciendo este espectáculo para que podamos voltear la mirada y seguir descubriendo cosas sorprendentes dentro de la tradición.
Nosotros podemos hacer cosas revolucionarias y podemos sorprender al mundo con lo nuestro con estas con estos ritmos que en realidad no están explorados, no están explotados, no están promocionados en el mundo