Oro y petróleo cierran el semestre en direcciones opuestas
Mientras el oro extiende su atractivo como refugio frente al dólar débil, el crudo enfrenta señales mixtas entre la desaceleración china y la estrategia de la OPEP+.
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En una jornada marcada por la incertidumbre geopolítica y el vaivén de las expectativas económicas globales, el oro volvió a brillar este lunes 30 de junio. Su cotización repuntó al cierre del día (US$3.303,150), impulsada principalmente por la debilidad del dólar en los mercados internacionales y el persistente apetito de los inversores por activos considerados refugio.
“El oro sigue atrayendo flujos de compra en cada retroceso. La tendencia de largo plazo continúa siendo alcista, a pesar de que el rally del año ha perdido fuerza en las últimas semanas”, explicó Antonio Montiel, director de Análisis de ATFX Education, en diálogo con La República.
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Según el especialista, el debilitamiento del dólar —que atraviesa su peor arranque de año desde 1973— ha sido determinante para sostener el precio del metal precioso, a pesar de que otros segmentos del mercado muestran un mayor apetito por riesgo.

La sombra de Trump
Sin embargo, el panorama no es del todo despejado para el oro. Montiel advierte que la expectativa de que el Congreso estadounidense apruebe el nuevo proyecto de ley impulsado por el presidente Donald Trump, junto con eventuales acuerdos comerciales con aliados estratégicos, podría disminuir la incertidumbre económica en EE.UU. y, con ello, reducir la demanda por activos refugio como el oro.
“Si el crecimiento económico logra estabilizarse gracias a estos factores políticos, el oro podría enfrentar presiones a la baja”, señala el analista. No obstante, de momento, la tendencia estructural sigue siendo favorable para el metal.
Petróleo: repunte leve, dudas persistentes
En paralelo, el precio del petróleo también cerró con una leve alza este lunes, aunque los fundamentos que lo impulsan han comenzado a reconfigurarse. Tras semanas de atención centrada en las tensiones en Medio Oriente, el mercado empieza a mirar otros factores, como la producción de la OPEP+ y los datos de consumo global.
De cara a su próxima reunión en agosto, se baraja la posibilidad de que la OPEP y sus aliados anuncien un incremento de la producción, lo que podría enfriar los precios.
“El mercado está en modo espera, muy atento a las señales de oferta, pero también preocupado por la demanda”, precisó Montiel.
China vuelve a jugar un rol clave en ese frente. Su actividad manufacturera se contrajo por tercer mes consecutivo en junio, lo que siembra dudas sobre el ritmo de recuperación del consumo energético a nivel global. En ese marco, los precios del petróleo cerraron el primer semestre con una caída frente a los niveles con los que finalizó 2024.

Irán-Israel: la tensión no cede
A pesar de esta aparente desaceleración en los focos de tensión, el frente geopolítico aún conserva elementos de alto riesgo. Irán, por ejemplo, manifestó este lunes “serias dudas” sobre el compromiso de Israel con el alto al fuego.
El jefe del Estado Mayor iraní, Abdolrahim Mousavi, advirtió que Teherán ya respondió al ataque recibido y que, si las hostilidades persisten, no dudará en responder de nuevo. Este tipo de declaraciones sigue siendo un factor latente que podría alterar el equilibrio de los mercados energéticos en cualquier momento.
Contexto de cierre de semestre 2025
Los movimientos recientes en el oro y el petróleo resumen, en parte, la tónica de los primeros seis meses del 2025: un mercado dividido entre la búsqueda de refugio y el apetito por riesgo; entre la desaceleración asiática y el regreso de la influencia política estadounidense; entre la tregua y la amenaza constante de nuevos estallidos geopolíticos.
Montiel resume el momento con claridad:
“Estamos ante un escenario donde cada variable —moneda, política, demanda— puede mover al mercado de forma súbita. La clave es mantenerse atentos a los retrocesos, porque allí es donde los flujos revelan hacia dónde realmente se dirige el capital”.























