Perú tiene el segundo peor sistema previsional de Latam: reforma no trae cambios estructurales
al fondo. Esquema de pensiones peruano solo es más eficiente que el de Argentina, según ranking de Mercer y CFA Institute. Ley del fujimorismo gestada en el Congreso solo subsana grietas, mas prolonga mercados concentrados como el de las AFP.
El sistema de pensiones peruano es el segundo peor de América Latina: apenas supera al de Argentina, de acuerdo con el 16° Índice Global de Pensiones elaborado por Mercer y CFA Institute.
El reporte tomó en cuenta criterios como la adecuación, sostenibilidad e integridad del esquema compuesto por la Oficina de Normalización Previsional (ONP) y las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Perú obtuvo una C en su evaluación, y se ubica en el casillero 37 a nivel global.
En detalle, el punto mejor apreciado de nuestro modelo previsional es la integridad, que vela por la supervisión y protección al afiliado (64 puntos de 100) y punto más débil, la sostenibilidad (46,9 puntos). Los cambios demográficos y constantes retiros de fondos de las cuentas de AFP —iniciados en la pandemia y prolongados hasta este año— explican el deterioro de la sostenibilidad.
Virtudes y oportunidades de la ley
David Cuervo, managingdirector de Mercer en Perú, recordó a LaRepública que el reporte no considera la reciente reforma aprobada en el Congreso (Ley 32123), mas considera que ha captado algunas recomendaciones brindadas como la restricción de retiros excesivos y reiterados; así como la obligatoriedad de cotización para los independientes.
“Al reducir las opciones de los retiros que había convertido al sistema privado más en un sistema de ahorro de corto plazo que en un verdadero sistema pensional; permite que el Perú tenga un futuro más promisorio en estos aspectos”, agregó.
Cuervo celebra también que se apueste por un esquema multipilar en pro de un verdadero sistema de protección a la vejez, obligatoriedad de afiliación a los independientes y adopción del concepto de cuentas nocionales en la ONP”.
¿Por qué es una reforma solo en el papel?
El exviceministro de Promoción del Empleo Fernando Cuadros Luque coincide con los candados al retiro de ahorros previsionales de la AFP e inclusión de los independientes, pero es consciente de que la ley del fujimorismo fecundada en el Congreso no atiende los problemas de raíz que se necesitan erradicar para garantizar una vejez digna para todos.
A su criterio, la Ley 32123 tendrá un impacto limitado considerando que solo un tercio de la población económicamente activa (PEA) ocupada está afiliado a la ONP o AFP, y de ese grupo, solo 5 millones y medio de trabajadores son dependientes formales —es decir, que aportan para su pensión—. Por lo tanto, se requieren políticas directas que fomenten la creación de empleos formales.
Pese al incremento de las pensiones mínimas en la ONP, Cuadros Luque considera que estas pueden ser mejores si se apostara por un único sistema de reparto de capitalización colectiva en el que los peruanos que más tienen permitan elevar el monto a recibir de los más vulnerables. Dicho enfoque solidario es una quimera. “Los que más tienen se van a la AFP”, puntualizó; aun así, Cuadros Luque precisó que “las pensiones mínimas en la ONP son mejores que en la AFP”.
“No generará cambios estructurales. Solo subsana algunos errores. Seguirá habiendo un sistema dual entre las AFP y la ONP. Se cargará al Estado para cumplir con las pensionales de la AFP y no contempla un aporte del empleador ni uno complementario para no perjudicar a los ingresos de los independientes”, agregó para esta casa periodística.
Por su parte, Cuervo insiste en que hay aspectos por mejorar y el éxito de la reforma dependerá de “la efectividad de las instituciones”, refiriéndose a la ONP, las AFP y entidades bancarias y financieras que podrán administrar los ahorros para la jubilación.
Beneficio de la duda
La reforma del Congreso se aprobó, en segunda instancia, con apenas 38 votos. El Consejo Fiscal advierte que pone en riesgo el orden fiscal porque no contó con un análisis técnico riguroso sobre sus efectos en las finanzas públicas a mediano y largo plazo. Tampoco ninguna entidad pública o privada presentó estudios integrales que muestre los supuestos utilizados para calcular los costos fiscales y actuariales.
Aquí, Cuervo sostuvo que “no hay un sistema pensional ni reforma perfecta”, y se deben “rescatar aspectos positivos en un juego infinito cuyos efectos se ven a largo plazo”