Perú, un país abundante en gas, pero no lo masifica
A paso lento. Pese a los esfuerzos gubernamentales, se prevé que recién al 2030 el 62% de hogares peruanos cuenten con este servicio limpio y económico. Mientras en Lima se reduce el uso del balón de gas, en las regiones el gas natural es casi inexistente.
Cada día que transcurre, las familias que aún no se pasan al gas natural están perdiendo dinero. Y es que una familia que se pasa al gas natural (para usarlo en cocina y terma) ahorraría entre S/80 y S/100 al mes o hasta S/1.200 al año, dinero que hoy destina al balón de gas (GLP) y al recibo de luz. Este ahorro, dada la actual coyuntura económica, suma bastante.
Pero a pesar del notable avance de las conexiones domiciliarias en los últimos años, las cifras se muestran aun incipientes, en particular fuera de Lima.
Al cierre del 2023, son 2 millones 95.747 de hogares que a nivel nacional cuentan con este energético, empero, se proyecta que la transición alcance a 7,6 millones de familias en el 2030, estima Centrum PUCP en su informe ‘Relevancia del gas natural en la economía peruana y su contribución potencial para reducir la pobreza’.
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Esto significa que todavía dentro de 6 años, la cobertura residencial del gas natural revertirá al balón de gas y alcance al 62% de hogares peruanos. Y es que, actualmente, el gas natural es utilizado solo por el 34% de hogares de la capital para cocinar, según datos de la Gerencia de Políticas y Análisis Económico del Osinergmin.
Un elemento, por demás importante, es que desde el punto de vista de la economía familiar, la diferencia en el consumo de ambos combustibles es muy marcada. De acuerdo al análisis de Cetrum PUCP, el balón de gas representaba el 21,9% del gasto promedio anual de los hogares que usan GLP. En el caso del gas natural es el 13,6%.
Presencia. El gas está disponible en Lima desde el 2005. Foto: difusión
¿Por qué no despega?
El crecimiento en la cantidad de hogares que emplean gas natural (GN) para cocinar tuvo como punto de partida a aquellos distritos que pertenecen a niveles socioeconómicos medio y bajo. Lo cual fue impulsado por programas de gobierno que financiaron el acceso a redes y puntos de conexión, concluye el Osinergmin.
Producto de este impulso gubernamental, se evidencia que el mayor porcentaje de hogares con acceso al GN se encuentra en los distritos en el que se tiene una mayor proporción de hogares con menores recursos.
Así sucede en la concesión de Lima Metropolitana y el Callao que cuenta con 1 millón 728.933 usuarios domiciliarios. En esencia, solo falta conectar a los sectores A y B. Lima es el 90% de la demanda nacional de gas para hogares.
Sobre este punto, Erick García, exdirector general de Hidrocarburos del Minem, recuerda que Lima y Callao cuentan con gas natural desde el 2005, pero hasta el 2016 el número de conexiones no llegaba ni al medio millón. ¿Qué cambió?
Ahorro. Las conversiones a GNV se aceleraron en tres años. Foto: difusión
“Se cambió esquema de masificación a través del FISE para financiar las instalaciones y, en el 2020, también financiaba la construcción de redes. Hoy tenemos 1 millón 700.000 familias, que es más de un millón más que hasta el 2016. Se creció porque se necesita dinero del Estado para construir más redes”, reflexiona.
Marcadas diferencias
Sin embargo, lo mismo no ocurre al interior del país debido a la inexistencia de infraestructura (gasoductos) hacia el norte y sur, y por eso el gas es enviado en camiones (gasoductos virtuales), lo que encarece el servicio, explica Luis Espinoza, exviceministro de Energía.
Y esto se ve reflejado en las cifras: la concesión norte tiene 245.842 conexiones, la concesión de Piura unos 18.515, la concesión de Ica 89.582 y la concesión suroeste 12.875 usuarios residenciales (ver infografía).
Para Espinoza el problema es también quién se hace cargo de administrar la concesión, pues por modelo de negocio es más fácil administrar Lima que otras ciudades. Esto no ocurre en Colombia donde las empresas eléctricas también hacen gas natural y son del Estado.
“Mi sugerencia es copiar eso, pero entiéndase como empresa del Estado a que son empresas de la provincia como Energía de Bogotá (Cálidda en Perú) y el dueño es la ciudad. También está la empresa pública de Medellín y su dueño es la ciudad de Medellín. En cambio acá todas las empresas públicas pertenecen al Fonafe, entonces, el interés está muy centralizado. Diferente fuera que Arequipa tenga su empresa pública, así las ciudades tendrán el interés de desarrollar el servicio de gas natural”, subraya el experto.
El que hoy paga las consecuencias es el consumidor al interior del país. El precio promedio del balón de gas de 10 kg en Lima y Callao es de S/44,06, por su equivalente en gas natural el usuario paga S/24, un ahorro de 46%. Pero esto es distinto en el norte, pues por ese mismo volumen de gas natural se paga S/37,20, con lo que el ahorro es de 17% respecto al GLP. En el caso del sur es más dramático, pues se paga S/41,60 por ese gas natural y el ahorro es de solo 5%. Marcadas diferencias que revela el estudio ‘Impacto económico, social y ambiental del gas natural en el Perú’, elaborado por Macroconsult.
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Según García, el incentivo para tener más concesionarios en el país es que el Estado financie la construcción y el privado o empresa pública opere y administre. “Con concesionario atendiendo y cumpliendo su plan quinquenal, se avanza más rápido”, afirma.
GNV y conversiones
El parque automotor de vehículos a gas natural ha tenido un despegue importante en los últimos tres años, debido en parte al encarecimiento del petróleo, que obligó al usuario a mirar al GNV como alternativa. Esto se acompañó de política pública.
En el esquema anterior, explica Erick García, se identificaba a una entidad financiera y ella elegía a los talleres, razón por la cual no se generaba competencia. Con los cambios normativos se incluyó a todos los talleres, y se evitó a los bancos, e inclusive se ofreció cero interés para que la gente se cambie a Gas Natural Vehicular (GNV).
En el 2021 se convirtieron 20.442 vehículos a GNV, en 2022 fueron 74.506 y en 2023 se convirtieron poco más de 36.200 unidades, de acuerdo con el Informe del Sector Gas Natural en Perú realizado por Promigas.
“Con ello, el número total de unidades convertidas en nuestro país sumó 431.857. Gracias a la conversión de vehículos a GNV, los usuarios beneficiados pueden obtener ahorros a comparación de si sus vehículos fueran gasolineros”, destacó Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos de la Asociación Automotriz del Perú (APP).
Con respecto al sector movilidad, los usuarios de Gas Natural Vehicular (GNV), entre el 2004 y el 2023, han ahorrado con más de S/61.000 millones.
De acuerdo con los expertos y las cifras disponibles, el Perú tiene reservas probadas de gas natural de 8,77 Tpc, que alcanza para los próximos 25 años, por lo tanto, su masificación para uso en hogares, negocios, industrias y en el transporte. Urge retomar otra velocidad.
Masificación para reducir las fuentes fósiles
El Minem informó que para este año se ha asignado a su cartera un presupuesto de S/882,9 millones, con lo cual se promoverá la expansión del uso del gas natural y electrificación en áreas rurales. De este monto, se asignarán S/253,7 millones por concepto de gastos de capital, con el propósito de respaldar la progresión de la Fase II del Estudio de Preinversión GAS-SITGAS, así como el programa ‘Plan de Inversiones de Transmisión-Programa PIT’.
El consumo del gas natural en el país presentó un crecimiento promedio de 2% en el lustro y un incremento de 20% el último año.
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La sierra concentra el 60% de familias que utilizan combustibles contaminantes, como leña, seguida por la selva (24%) y costa (16%). En regiones como Huancavelica, Cajamarca y Apurímac, más del 50% de la población depende de estos, según la Enaho.
Quavii, a cargo de la concesión norte, tiene proyectada conectar al gas natural a cerca de 17.000 viviendas. Además, ha previsto una inversión de US$20 millones para la construcción de más redes de distribución.
Infraestructura y tarifa única
Enfoque. Aurelio Ochoa, experto en energías
La principal limitante de la masificación es que no hay gasoductos. Fuera de Lima y Callao se avanza con los gasoductos virtuales mientras se construye, en algún momento, la obra física, pero son obvias las limitaciones que resultan cuando se transporta por camiones.
La infraestructura instalada en el país es bastante pobre y todo eso nos pasa factura. Toda masificación que se haga de forma virtual siempre será lenta, aquí y en la China.
En el Congreso hay un PL observado sobre la tarifa única de gas natural. No tener una tarifa única para el gas en todas las concesiones es otro freno a la masificación. Con una tarifa única automáticamente, bajarían los precios de nivel de Lima y Callao, porque, por ejemplo, en el norte el precio del GLP está casi al nivel que el gas natural, entonces no hay el incentivo para usar GN.
El consumidor residencial de Lima no tendrá un incremento fuerte en su tarifa de gas, como tampoco lo tendrá por el lado de las tarifas eléctricas, porque está pendiente el PL del Ejecutivo que justamente corrige las distorsiones de las tarifas eléctricas.
Cifras
- 34% de hogares de Lima utiliza hoy el gas natural para cocinar sus alimentos.
- 2 millones es el número de hogares conectados a gas natural al cierre del 2023.
La palabra
Luis Espinoza, exviceministro de Energía
“En electrificación rural ya llegamos casi al 100%, necesitamos ir al servicio de gas natural. Se subsidia solo la inversión, lo que no se regala es operación y mantenimiento, pero no hay claridad en la política”.
Infografía - La República
Infografía - La República