¿Empleados espiados hasta cuando van al baño? Conoce la economía de la precisión
Es posible que las empresas usen cada vez más herramientas tecnológicas para vigilar de cerca a sus trabajadores, y así premiarlos o castigarlos.
Si es amante de las novelas de ciencia ficción como 1984 de George Orwell, este artículo será de su interés. Según la BBC, es posible que en un futuro, llamado de la “economía de la precisión", las empresas usen la tecnología para espiar a sus empleados permanentemente.
Esta información se basa en un estudio de la Sociedad Real para el fomento de las Artes, Manufacturas y Comercio (RSA por sus siglas en inglés). La entidad plantea cuatro futuros posibles hacia el 2035, siendo el más desconcertante el de la “economía de la precisión”.
Si se cumple dicho escenario, la proliferación de sensores permitirá a las empresas analizar cada movimiento de sus trabajadores.
Por ejemplo, en el comercio minorista, los sensores en la tienda servirán para recopilar información. Asimismo, los dispositivos portátiles se utilizarán para realizar un seguimiento de la actividad del personal, incluido el registro de tiempo inactivo.
Estos datos serían usados por los empleadores para recompensar o castigar a los trabajadores, quienes recibirán calificaciones basadas en las cifras recopiladas.
Según la RSA, la “economía de la precisión” sería principalmente aplicada en empresas que se dedican a la atención médica y al comercio minorista.
Cabe precisar que la RSA eligió el 2035 porque parece lo suficientemente lejano como para estimular la imaginación de las personas. Sin embargo, es factible la especulación porque no es un tiempo tan distante.
En el presente
Asheem Singh, director de Economía de la RSA, aseguró que este escalofriante escenario de la “economía de la precisión” ya está ocurriendo. Así, se refirió a los dispositivos de vigilancia que supervisan a los trabajadores en bodegas y call centres.
Bethia Stone trabajó en una agencia de relaciones públicas que usaba un software para registrar cada actividad realizada en bloques de 15, 30 o 60 minutos, haciendo que los empleados terminaran trabajando horas extra en una “atmósfera de ansiedad y estrés”.
También había experimentado vigilancia laboral cuando era estudiante y trabajaba en un supermercado que tenía mediciones de productividad en las cajas.
“Tenía que escanear un determinado número de productos en un minuto, y si no lo hacías podían aplicarte medidas disciplinarias”, dijo Stone.
Singh afirma que este tipo de vigilancia va en aumento. “En la medida que los trabajadores se cambian de un empleo a otro, los empleadores les exigen más”, asegura.
“No es tanto el control del tiempo, sino la vigilancia de cada cosa que haces cada vez que inicias sesión en un computador. Esto implica serios problemas en términos de privacidad, bienestar, autonomía y es un desafío el sentirse humano en un mundo cada vez más mecanizado”, advierte el ejecutivo.