¿Por qué se come turrón de Doña Pepa en octubre y cuál es su relación con el Señor de los Milagros?
El turrón de Doña Pepa es más que un postre. Cada octubre, su aroma invade Lima como símbolo de fe y tradición, vinculado estrechamente con el Señor de los Milagros.

Octubre en Lima tiene un sabor especial. No se trata solo del fervor religioso que despierta la procesión del Señor de los Milagros, sino también de un dulce emblemático que adorna vitrinas y mesas en todos los rincones de la ciudad: el turrón de Doña Pepa. Este postre, con su característico aroma a anís y su superficie llena de coloridas grajeas, se ha convertido en un símbolo inseparable del llamado “mes morado”.
Pero detrás de su apariencia festiva hay una historia conmovedora que mezcla devoción, tradición e identidad cultural. El turrón no solo endulza el paladar, sino que rinde homenaje a la fe y a la resiliencia de una mujer afrodescendiente cuyo legado ha perdurado por más de tres siglos.
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¿Por qué se come turrón de Doña Pepa en octubre?
La tradición de consumir turrón en octubre está íntimamente ligada a la festividad del Señor de los Milagros, una de las expresiones religiosas más grandes de América Latina. Esta costumbre nace como una forma de agradecimiento y devoción durante las procesiones que se realizan cada año en las calles de Lima.
El turrón de Doña Pepa comenzó a popularizarse en el siglo XIX, cuando se consolidó la tradición de venderlo durante las procesiones. Las calles del centro histórico se llenaban de fieles que acompañaban la imagen del Cristo Moreno, y junto a ellos, comerciantes ofrecían el turrón como una ofrenda dulce, cargada de simbolismo.
La conexión entre el turrón y la devoción no es coincidencia. El postre fue creado en honor al Señor de los Milagros tras un hecho considerado milagroso. Desde entonces, su consumo en octubre no solo tiene un valor gastronómico, sino también espiritual.
¿Quién fue Doña Pepa?
Josefa Marmanillo, conocida popularmente como Doña Pepa, fue una esclava afroperuana nacida en el valle de Cañete. Destacó por sus habilidades culinarias, pero su vida cambió cuando fue afectada por una enfermedad que le paralizó los brazos, impidiéndole continuar con su arte.
Desesperada por encontrar una cura, viajó a Lima durante las festividades del Señor de los Milagros. Se cuenta que tras orar con devoción frente a la imagen del Cristo Moreno, recuperó milagrosamente la movilidad de sus extremidades. Como muestra de gratitud, creó una receta especial y la ofreció como símbolo de fe: el turrón que hoy lleva su nombre.
Doña Pepa vendía su creación durante las procesiones, y con el paso de los años, su familia mantuvo la tradición. Así, el dulce se transformó en parte fundamental del patrimonio culinario peruano y en un ícono de la identidad limeña durante octubre.
¿Cómo se hace el turrón de Doña Pepa?
La receta del turrón de Doña Pepa es una combinación equilibrada de texturas, sabores y aromas. Su base se elabora con barras de masa suave y crujiente, compuesta de harina, manteca vegetal y anís tostado. Esta estructura se arma en forma de torre o rejilla.
La clave del sabor está en su cobertura: una miel espesa hecha a base de chancaca, azúcar, frutas, especias y cáscaras de naranja, que se vierte sobre el turrón una vez horneado. Finalmente, se decora con grajeas de colores, confites, y pequeños caramelos que le otorgan ese aspecto festivo y tradicional.
Este postre ha trascendido generaciones, y aunque muchas versiones modernas circulan en el mercado, las familias más tradicionales aún conservan la receta original, transmitida como un tesoro cultural.
¿Cuáles son los sectores más beneficiados en el mes morado?
Octubre no solo representa un mes de devoción para millones de creyentes en Perú. De hecho, el mes morado genera un contundente impacto económico en diferentes sectores que van de la mano con los fieles del Señor de los Milagros. “El Mes Morado es uno de los pocos momentos del año en los que se unen tradición, fe y economía popular. La gastronomía, el transporte y el comercio ambulatorio encuentran una oportunidad para incrementar ingresos”, señaló Midori Ikeda, profesora de la carrera de Administración y Marketing de la UPC.
Dicho esto, estos son los cinco sectores clave que concentran los mayores beneficios en octubre, según la experta:
- Gastronomía y postres tradicionales. Panaderías, dulcerías y emprendimientos familiares incrementan sus ventas con productos emblemáticos como el turrón de Doña Pepa, la mazamorra morada o el arroz con leche. También destacan los anticuchos y comidas criollas que acompañan las celebraciones religiosas.
- Transporte y movilidad urbana. El aumento de peregrinos, procesiones y ferias genera mayor demanda de taxis, buses interprovinciales, combis, etc. En Lima y Callao, donde se tiene prevista la reanudación de los recorridos del Señor de los Milagros, se espera que se supere el estimado de más de 100.000 personas que usen el transporte público o aplicativos de taxi.
- Turismo religioso y hospedaje. Familias y grupos parroquiales viajan desde regiones hacia la capital, generando un movimiento adicional en hoteles, restaurantes y servicios turísticos, congregando a más de 3 millones de fieles. Además, esta temporada es impulsada por otras festividades religiosas, como Señor Cautivo de Ayabaca en Piura o la Cruz de Motupe en Lambayeque.
- Industria textil y artesanal. Los talleres de confección y bordado producen desde hábitos morados hasta estandartes, recuerdos, hasta equipamiento deportivo conmemorativo por el Mes Morado. Respecto a los hábitos, estos pueden ser una gran oportunidad para los emprendedores quienes los pueden vender desde S/20 hasta S/100.





















