El cine independiente y sus esfuerzos por salir adelante en medio de la pandemia
Con la llegada de la COVID-19, el cine independiente peruano enfrenta un duro panorama: películas pospuestas, trabajadores despedidos y festivales obligados a llevar el evento de forma online. Por encima, gestores culturales y cineastas cuentan cómo se encuentra la situación actual y qué se hace para poder superarla.
“Hay gente que ha perdido trabajos, productoras enteras que desaparecieron. Es un situación muy grave”. Con estas palabras del director peruano Mauricio Franco Tosso se podría resumir el panorama actual que el cine independiente afronta durante la pandemia por la COVID-19.
Si en Perú ya era difícil realizar producciones audiovisuales debido al escaso apoyo del Estado, y se requieren de grandes esfuerzos para grabar una película -hasta apuestas económicas personales y “mucho corazón”-, la emergencia sanitaria ha agudizado todo.
Dentro de todo este marasmo surgen iniciativas que intentan crear una luz al final del túnel. Festivales como el de Cine de Lima, Transcinema o Muta realizaron o planean llevar a cabo sus eventos de forma online. Es una forma de luchar y mantener vivo el amor por el séptimo arte.
El primero, el 24 Festival de Cine de Lima se realizará del 21 al 30 de agosto. La edición ofrecerá la posibilidad de acceder desde casa a 31 películas de ficción y documental, todas en competencia. También se desarrollarán conversatorios con cineastas nacionales e internacionales y clases maestras con invitados especiales.
En el evento online se estrenará la película Samichay, en busca de la felicidad, de Mauricio Franco Tosso. Un filme que se rodó desde hace nueve años y que este 2020 planeaba estrenarse en salas, pero que la pandemia por la COVID-19 obligó a que sea vía streaming.
Cartel de Samichay. Foto. Samichay
“Cada paso de la película ha sido reinventarse y buscar caminos de financiación. Se ha retrasado un año y se complicó aún mas con la pandemia”, cuenta Franco a La República.
La situación del cine independiente frente a la pandemia
El cine independiente depende de financiación del Estado o privada para poder hacer películas sin fines solo comerciales. Para esto, el cineasta debe de ingeniársela de miles de formas para sacar adelante un proyecto.
“Un cineasta tiene que hacer muchas cosas para vivir del cine, desde bodas, publicidades, reportajes, videos de YouTube. Si se para un proceso se van parando otros”, explica el realizador.
La industria audiovisual, en la que también se incluye el cine cultural y de entretenimiento, en general, se ha visto muy afectada. “Es una situación mundial que ha repercutido en los bolsillos de todas las personas”, enfatiza el director.
Por otra parte, agrega que es importante dejar de romantizar el cine independiente. “No es cómodo ni bonito no tener dinero para no pagarle a la gente a su trabajo o deber sueldos. Ahora, con el estreno de Samitachay en el Festival de Cine de Lima, se espera poder recaudar fondos para pagar sueldos pendientes”.
“Si no fuera por el equipo que tenemos en Cusco, Puerto Maldonado, Lima y España no sería posible. Le debo esta película a mi familia, amigos, empresas y sobre todo al equipo humano”, sentencia Franco, quien añade que la puesta de evento de la PUCP es muy importante para sacar adelante el panorama de la industria audiovisual.
Samichay, en busca de la felicidad
Samichay es una película en quechua, grabada en la provincia cusqueña de Quispicanchi a más de 4 mil metros de altura. Transita entre la ficción y el documental y relata la historia de un ermitaño campesino de nombre Celestino, papel interpretado por el reconocido actor puneño Amiel Cayo.
“Es una coproduccion entre Perú y España donde empresas como Cemento Andino, Plaza Vea y Abc tours han apoyado económicamente para su microfinanciamiento”, apunta Franco.
MUTA y su evento virtual debido a la pandemia
MUTA (Festiva Internacional de Apropiación Audiovisual) es un encuentro de exhibición que pone en primer plano la apropiación como práctica artística contemporánea.
Se realiza desde 2017 y este año, debido a la pandemia por el nuevo coronavirus, se tuvo que hacer de forma online. Dos de las principales dificultades: pedir las licencias a los directores para transmitir sus cortometrajes vía web y que los talleres que realizan anualmente no se vean afectados.
“Nosotros antes que se declarase la cuarentena teníamos la fecha para hacerla de manera presencial, pero conforme pasó el tiempo nos dimos cuenta que era imposible”, comenta el director del evento, Efraín Bedoya.
El escenario se pintaba más complicado: no contaban con una página web y debían desarrollarla. Además, tenían dudas sobre si dejar las películas disponibles por un tiempo limitado o poner horarios.
Muta
A pesar de todos los escollos, el festival vio la luz y pudo ser realizado del 18 al 26 de julio. “Entre las ventajas que tuvimos estuvieron las de poder tener audiencia de todos los países y talleristas de México o España, que de forma presencial hubiera sido difícil”, apunta Bedoya
“Fue un edición rara. Recuerdo que después de la inauguración desde casa fue raro no tener contacto de la gente, como cualquier apertura o celebración”, confiesa el también realizador audiovisual. Además, la virtualidad les permitió manejar de mejor forma las cifras. “Tuvimos aproximadamente 2500 reproducciones en los filmes”, señala.
Si bien a nivel de festivales se puede decir que el panorama se pudo superar, en el rubro del cine independiente la situación aún es complicada, agrega el representante de Muta. “El problema radica en las producciones independientes que requieren grabar en exteriores, todo lo que suponga contacto con otras personas. Hay producciones que se han detenido, que no pueden continuar, muchas personas que se han quedado sin trabajo”, sentencia.