Arqueólogos italianos hallan estatua de 3.000 años con huellas “frescas” que desconciertan a la ciencia
El hallazgo se produjo en el lago Bolsena. La figura conserva huellas dactilares intactas pese a no haber sido cocida.
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En el fondo del lago Bolsena, en el centro de Italia, un equipo de arqueólogos subacuáticos recuperó una estatuilla de arcilla que ha sorprendido a la comunidad científica. La pieza, datada en más de 3.000 años de antigüedad, conserva con detalle las huellas humanas de su creador, un fenómeno de preservación excepcional que plantea interrogantes a la ciencia.
El objeto, de forma femenina y aspecto rudimentario, fue localizado en el yacimiento sumergido de Gran Carro di Bolsena. Lo que desconcierta a los expertos es que nunca pasó por un proceso de cocción, un detalle que en teoría debería haber acelerado su deterioro. Sin embargo, las marcas permanecen intactas, incluso la impresión de un tejido en la arcilla.
Un poblado sumergido revela sus secretos
El descubrimiento tuvo lugar en una zona que albergó un antiguo poblado construido sobre pilotes, donde durante más de tres décadas se han hallado restos de la Edad del Hierro y del Imperio romano. Allí se han documentado estructuras de piedra, fragmentos de cerámica, monedas y pilotes de madera que revelan la continuidad del asentamiento a lo largo de siglos.
La recuperación de la figura fue realizada por el Servicio de Arqueología Subacuática en coordinación con buzos del Estado, dentro de un programa de investigación que busca comprender mejor la vida cotidiana de las comunidades prehistóricas que habitaron el lugar.

El descubrimiento fue documentado y posteriormente compartido en National Geographic.
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El enigma de la conservación
Lo más intrigante del hallazgo es el estado de conservación de la estatuilla. A pesar de estar elaborada con arcilla sin cocer, conserva detalles como las huellas dactilares y la textura de un tejido bajo el pecho. Los arqueólogos señalan que esto podría deberse a las propiedades volcánicas del lago, cuyas aguas termales alcanzan hasta 40 °C y contienen minerales que frenan la descomposición.
Este fenómeno ha abierto nuevas líneas de investigación sobre cómo los ambientes subacuáticos influyen en la preservación de materiales arqueológicos. Para los científicos, se trata de un caso único que ofrece información valiosa sobre los procesos de degradación y conservación de objetos milenarios.

Los objetos descubiertos servirán como recursos para investigación a futuro.
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Más que un objeto ritual
Aunque este tipo de figuras suelen aparecer en contextos funerarios, la ubicación en un área residencial ha llevado a plantear hipótesis distintas. Su reducido tamaño, que cabe en la palma de la mano, sugiere un posible uso en rituales domésticos o como símbolo dentro del hogar.
El Ministerio de Cultura italiano subrayó que, a pesar de su aparente simpleza, la pieza representa una fuente de información esencial para entender las creencias y prácticas de las comunidades prehistóricas. El hallazgo ya es considerado uno de los más enigmáticos de la arqueología subacuática en Europa.




















