La isla prohibida en Sudamérica llena de serpientes venenosas donde nadie vive y es peligrosa incluso para los científicos
Esta isla remota se convirtió en un laboratorio natural único para estudios sobre biodiversidad y evolución de estos animales. Solo se permite la entrada a científicos bajo estrictas regulaciones.
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La Ilha da Queimada Grande, conocida popularmente como la Isla de las Cobras, está ubicada a 35 kilómetros de la costa de São Paulo, Brasil. Este lugar es famoso por albergar una de las mayores concentraciones de serpientes venenosas del planeta, entre ellas la temida víbora de lanza dorada (Bothrops insularis), cuyo veneno puede ser letal. Debido al extremo peligro que representan estos reptiles, la isla está completamente deshabitada y su acceso es restringido. Solo un reducido número de científicos e investigadores, pueden ingresar para realizar estudios biológicos.
Este aislamiento ha convertido a la isla en una reserva de biodiversidad única, accesible solo para investigadores con autorización, quienes deben cumplir con estrictas regulaciones y obtener permisos de la Marina brasileña. El ingreso de turistas y otros visitantes está terminantemente prohibido por razones de seguridad y conservación.

La isla ubicada a varios kilómetro de Sao Paulo se encuentra cubierta por vegetación. Foto: Ministerio Ambiente Brasil
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¿Cómo es la Isla de las Cobras?
La Isla presenta un paisaje agreste y cubierto por una espesa vegetación tropical, sin playas ni puntos de desembarco seguros. Sus terrenos son irregulares y rocosos, lo que complica aún más el desplazamiento. Las condiciones del entorno, sumadas a la constante amenaza de mordeduras, obligan a los científicos a moverse con extrema precaución, empleando equipos de protección especializados y protocolos estrictos de seguridad durante sus investigaciones.

La serpiente Bothrops insularis, ha llevado a prohibir el acceso a visitantes no autorizados para proteger su hábitat. Foto: Getty
El lugar también es de gran interés científico por su valor ecológico. La evolución aislada de las especies ha dado lugar a adaptaciones únicas, como el veneno particularmente potente de la víbora dorada, desarrollado para cazar aves con rapidez antes de que escapen. Este fenómeno evolutivo ha convertido a la isla en un laboratorio natural excepcional, clave para estudios sobre biodiversidad, conservación y la evolución de los reptiles en ecosistemas extremos.
¿Cuántas serpientes hay en la Isla de las Cobras?
Según el Instituto Butantan de Brasil la cifra estimada asciende a 15,000 ejemplares, de los cuales una gran mayoría pertenece a la especie Bothrops insularis. Conocida por ser altamente venenosa, esta serpiente ha evolucionado de forma particular en la isla debido a su aislamiento, lo que ha generado una alta densidad poblacional.
La víbora dorada es particularmente peligrosa debido a su veneno potente que puede causar dolor severo, inflamación, hemorragias en las mucosas e insuficiencia renal en casos graves. En cuanto a concentración de serpientes de una misma especie, la isla de las cobras es superada solo por la isla de Shedao, en China, que alberga 20,000 ejemplares de su especie nativa.
¿Cómo es la víbora de lanza dorada?
La Bothrops insularis posee una longitud promedio de entre 70 y 100 centímetros, aunque algunos ejemplares pueden superar el metro. Su cuerpo es esbelto, de tonos dorados o marrón claro, lo que le permite camuflarse con eficacia entre la vegetación densa y las rocas de la isla. A diferencia de muchas otras serpientes, es capaz de trepar árboles con facilidad gracias a una cola más larga, lo que le facilita cazar aves, su principal presa.
Otro rasgo notable es su modo de reproducción: es una especie vivípara, lo que significa que da a luz crías vivas en lugar de poner huevos. Este proceso ocurre una vez al año y suele producir entre seis y siete crías por camada. Su evolución en un entorno cerrado y competitivo ha generado un veneno especialmente adaptado para matar presas al instante, evitando que escapen volando.
















