
Una misteriosa “Puerta al infierno” estuvo ardiendo durante 50 años y ahora ha comenzado a ‘cerrarse’
El cráter de Darvaza, también conocido como la “puerta al infierno”, reduce su actividad tras décadas de fuego, producto de las cantidades masivas de gas natural que escapan del suelo.
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Durante más de medio siglo, una llama constante ha ardido en el corazón del desierto de Karakum, en Turkmenistán. El cráter de Darvaza, más conocido como la "puerta al infierno", es un fenómeno geológico y energético único, convertido en punto de atracción turístico. Sin embargo, en los últimos meses, científicos y autoridades han confirmado que el fuego eterno que lo caracteriza comienza a extinguirse.
La reducción del flujo de gas natural ha provocado que las llamas, visibles antes desde varios kilómetros, ahora apenas brillen en el interior del cráter. Según Irina Luryeva, directora de la empresa estatal Turkmengaz, “hoy solo queda una débil fuente de combustión”. Esta transformación marca un cambio significativo para un sitio cuyo fuego ardía con intensidad desde 1971, cuando ocurrió un error técnico durante una operación de perforación soviética.

Las llamas del cráter ahora son tres veces más pequeñas y solo se pueden ver en los alrededores locales. Foto: AFP
¿Cómo se formó la “Puerta al infierno”?
El origen del cráter ardiente en Turkmenistán se remonta a la época soviética. En 1971, un grupo de geólogos perforó accidentalmente una bolsa subterránea de gas natural. El terreno colapsó, creando una cavidad de más de 70 metros de diámetro. Preocupados por una posible fuga de metano, los ingenieros encendieron el gas con la esperanza de que se consumiera en pocos días.

La "Puerta al Infierno" arde debido a los depósitos de gas metano en su interior. Foto: Wikimedia
El cálculo falló. En lugar de extinguirse, las llamas continuaron durante décadas, alimentadas por una fuente inagotable de gas natural en la región. La falta de registros oficiales debido al hermetismo soviético alimentó la leyenda, y el cráter pasó a ser conocido internacionalmente como el pozo de fuego Darvaza o la puerta al infierno de Turkmenistán.
Un cráter con valiosos recursos naturales
Turkmenistán alberga la cuarta mayor reserva de gas natural del mundo, y el cráter de gas en Darvaza se ubica justo sobre uno de esos vastos depósitos. El sitio, aunque de origen accidental, simboliza la riqueza energética del país y su potencial económico.

magen satelital de la 'Puerta al Infierno' , 7 de mayo de 2020. Foto: Wikimedia
En 2022, el entonces presidente Gurbanguly Berdymukhamedov anunció un plan para cerrar la puerta al infierno, con el fin de preservar los recursos y reducir el impacto ambiental. “Estamos perdiendo recursos valiosos que podrían beneficiar al pueblo”, declaró. Desde entonces, se perforaron al menos dos nuevos pozos en las cercanías para capturar el gas liberado. Bombas antiguas fueron reactivadas para desviar el flujo y evitar su combustión al aire libre.
Consecuencias ambientales de la “Puerta al infierno”
Durante décadas, el incendio del cráter de Turkmenistán ha emitido enormes cantidades de metano, un gas con un poder de calentamiento 80 veces mayor que el dióxido de carbono a corto plazo. Aunque la combustión ayudaba a reducir su liberación directa, el sitio sigue siendo una fuente importante de emisiones contaminantes.
Un informe de la Agencia Internacional de Energía reveló que Turkmenistán es uno de los mayores emisores de metano por fugas en la industria del gas, aunque el gobierno rechaza estas cifras. Por su parte, la firma de inteligencia Kayrros aseguró que las fugas de dos campos de gas en el país superaron las emisiones anuales del Reino Unido en 2022.
El impacto ambiental del cráter de Darvaza ha puesto presión internacional sobre el país, que ahora intenta revertir su imagen mediante iniciativas de captura de gas y cierre progresivo del sitio. La extinción parcial del fuego ha sido vista como una señal positiva por organizaciones ambientales.