Físicos descubren de manera accidental como transformar un metal pesado en oro, según estudio científico
Entre 2015 y 2018, se produjeron aproximadamente 86.000 millones de núcleos de oro, equivalentes a solo 29 picogramos. Este avance, más allá de su escaso valor comercial, representa una contribución significativa a la física nuclear.
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En un hallazgo sorprendente, un equipo de físicos del CERN logró transformar núcleos de plomo en núcleos de oro mediante un proceso altamente energético dentro del Gran Colisionador de Hadrones. El descubrimiento, que fue documentado en un reciente experimento del proyecto ALICE, se produjo de forma accidental mientras los científicos estudiaban las colisiones entre iones de plomo a velocidades cercanas a la luz. Este avance se sustenta en física nuclear moderna y representa un logro técnico sin precedentes.
Durante las pruebas, los intensos campos electromagnéticos generados por las partículas en movimiento liberaron pulsos de fotones capaces de alterar la estructura atómica del plomo. Al chocar con otros núcleos, esos fotones provocaron la pérdida de tres protones, dando lugar momentáneamente a átomos de oro. Pese a que la cantidad producida es ínfima y de corta duración, los investigadores destacan la relevancia científica del proceso, ya que aporta nuevos conocimientos sobre la formación de elementos en el universo.
¿Cómo se logró convertir el metal pesado en oro?
Físicos del experimento ALICE del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) lograron convertir núcleos de plomo en oro mediante colisiones a velocidades cercanas a la de la luz. Durante estos choques, los intensos campos electromagnéticos generados por los núcleos acelerados provocaron la emisión de fotones, los cuales al interactuar con otros núcleos hicieron que perdieran tres protones. Esta pérdida transformó momentáneamente al plomo —con 82 protones— en oro, que cuenta con 79.
Aunque se produjeron hasta 89.000 núcleos de oro por segundo, estos elementos existieron apenas una fracción de segundo antes de desintegrarse. En total, entre 2015 y 2018 se crearon unos 86.000 millones de núcleos de oro, lo que equivale a solo 29 picogramos, una cantidad ínfima y sin valor comercial.
A qué se debe el cambio atómico por disociación electromagnética
La conversión de plomo en oro en el Gran Colisionador de Hadrones fue posible gracias al llamado disociación electromagnética. Cuando los átomos de plomo son acelerados a velocidades extremas, emiten pulsos de fotones que pueden alterar la estructura de otras partículas cercanas. Aunque predecible desde el punto de vista teórico, solo pudo confirmarse gracias a la sensibilidad del detector ALICE.
A pesar del impacto científico del hallazgo, la producción de oro sigue siendo simbólica. Incluso si los núcleos transformados pudieran conservarse durante años, la cantidad generada apenas alcanzaría los 29 picogramos, una fracción minúscula e inútil a nivel práctico. El CERN destaca que estos experimentos no buscan beneficios económicos.
¿Cuántos núcleos de oro fueron producidos?
Entre 2015 y 2018, el experimento ALICE del Gran Colisionador de Hadrones logró generar aproximadamente 86.000 millones de núcleos de oro a través de colisiones de plomo a velocidades cercanas a la de la luz. Según el artículo publicado en Physical Review Journals, el equipo generó decenas de miles de núcleos de oro a partir del rozamiento entre átomos de plomo.
A pesar de lo asombroso del número, el total producido es casi imperceptible: la masa de todos esos núcleos equivale apenas a 29 picogramos, una cantidad miles de millones de veces menor que un gramo. Este experimento no busca fines comerciales y ofrece una ventana única para estudiar cómo se forman los elementos en el universo y cómo se comporta la materia bajo condiciones extremas.