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Ciencia

Científicos peruanos viajan a la Antártida: conoce 3 investigaciones de Perú en el continente congelado

En la Antártida, tres investigaciones lideradas por científicos y científicas del Perú exploran los impactos del cambio climático. ¿En qué consisten?

Más de doce científicos de la Universidad Científica del Sur viajaron a la Antártida. Foto: UCSUR
Más de doce científicos de la Universidad Científica del Sur viajaron a la Antártida. Foto: UCSUR

Cada cierto tiempo, desde 1989, un equipo de científicos viaja desde Perú hasta la Antártida para llevar a cabo campañas de investigación. Antar XXXI es la expedición peruana del 2024 que ha partido hacia el continente blanco en el B. A. P. Carrasco. El buque emprendió su recorrido el 19 de noviembre, desde la Base Naval del Callo, con más de 50 investigadores nacionales e internacionales a bordo.

Los científicos peruanos que participan en la trigésima primera campaña ANTAR pertenecen a distintas universidades, como la Universidad Científica del Sur, la Universidad San Ignacio de Loyola, la Universidad Nacional Agraria La Molina, la Universidad Santiago Antúnez de Mayolo. Además, también viajan investigadores del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), del Instituto Nacional de investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) y colaboradores de cooperantes internacionales.

La Universidad Científica del Sur cuenta con siete proyectos científicos que vienen realizándose en la Antártida. Recientemente, anunció que tres de ellos fueron aprobados por el Ministerio de Relaciones Exteriores para formar parte de la expedición. Los estudios se enmarcan en una búsqueda de afrontar los desafíos globales relacionados con el cambio climático, por lo que están relacionados a la biodiversidad, la salud y los ecosistemas polares. A continuación, detalles acerca de tres proyectos de Perú en el continente blanco.

 Los científicos peruanos viajaron a la Antártida con la expedición ANTAR XXXI. Foto: UCSUR

Los científicos peruanos viajaron a la Antártida con la expedición ANTAR XXXI. Foto: UCSUR

La historia de los glaciares para responder ante el cambio climático

Uno de los proyectos de investigación es titulado "Reconstrucción paleoceanográfica en fiordos antárticos". Un equipo de investigadores liderado por la científica peruana Luzmila Rodríguez, investigará los cambios ocurridos en los fiordos de la Isla Rey Jorge, ubicados en el extremo norte de la Península Antártica.

Los fiordos son valles largos, estrechos y profundos, generalmente formados por glaciares que luego fueron inundados por el agua del océano. Tienen paredes empinadas y ofrecen ecosistemas marinos ricos debido a la mezcla de agua dulce y salada.

En la Antártida, estos lugares son como un archivo natural que guarda información del clima y los ecosistemas de hace cientos o miles de años. Al analizar el fondo marino de estos fiordos, los científicos pueden descubrir pistas sobre cómo el clima afectó a los glaciares y cómo podría seguir cambiando en el futuro.

El objetivo del estudio es reconstruir cómo los glaciares han cambiado en los últimos 1.000 años. Los resultados ayudarán a los científicos a comprender mejor cómo los glaciares y los ecosistemas marinos han respondido al cambio climático en el pasado. La información permitirá predecir cómo podrían reaccionar en el futuro, lo cual permitirá hallar soluciones ante los desafíos actuales.

La salud en condiciones de frío extremo

En el ámbito de la salud, el proyecto denominado "Efecto del medioambiente antártico en la salud bucal y nutricional" está liderado por los docentes Carlos Araujo y Víctor Mamani, con el respaldo del Dr. Claudio Peña, decano de la Carrera de Estomatología de la universidad. La investigación se desarrollará en la Estación Científica Antártica Machu Picchu y busca entender cómo las condiciones extremas del continente blanco afectan la salud bucodental y la nutrición de los científicos y trabajadores que operan allí.

La estación peruana Machu Picchu, establecida en 1988, es una importante instalación que permite a los investigadores estudiar diversos aspectos del entorno antártico. Las condiciones en el continente, con temperaturas extremadamente bajas, vientos fuertes y un aislamiento significativo, lo que puede tener un impacto considerable en la salud de quienes trabajan allí por períodos prolongados.

El estudio es pionero en analizar el impacto del clima polar sobre la salud humana, con el objetivo de proponer medidas preventivas. Los investigadores se enfocan en la salud bucal y nutricional porque son aspectos críticos que pueden verse afectados por la dieta limitada y la exposición a temperaturas extremadamente bajas. Una dieta insuficiente o inadecuada puede llevar a deficiencias nutricionales, mientras que el frío extremo puede aumentar el riesgo de problemas dentales, como caries o enfermedades periodontales.

El estudio de microorganismos en la Antártida permite prever posibles impactos del cambio climático. Foto: UCSUR

El estudio de microorganismos en la Antártida permite prever posibles impactos del cambio climático. Foto: UCSUR

Microorganismos bajo el hielo: ¿podrían desencadenar nuevas enfermedades?

Otro de los estudios, liderado por el veterinario Sergio Vargas, es titulado "Presencia de microorganismos de importancia veterinaria y zoonótica en la ensenada Mackellar". Está enfocado en los microorganismos presentes en el agua y el suelo de esta región antártica, un área conocida por sus condiciones extremas y sus únicos ecosistemas. La investigación evalúa cómo estos seres microscópicos, que pueden ser peligrosos para animales y humanos, se adaptan y sobreviven en un entorno tan inhóspito.

El estudio también explora los riesgos que estos microorganismos representan debido a factores como el cambio climático, la actividad humana y la liberación de patógenos a causa del deshielo. El calentamiento global está derritiendo glaciares y capas de hielo en la Antártida, lo que puede liberar patógenos antiguos que han estado atrapados en el hielo durante milenios.

Además, la presencia humana cada vez mayor, tanto para investigación científica como para turismo, podría introducir y propagar nuevas enfermedades. Los hallazgos ayudarán a desarrollar estrategias para mitigar riesgos y proteger tanto la fauna local como las personas en la Antártida.