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Ciencia

Verduras en Lima se riegan con agua del río Rímac que contiene bacterias resistentes a antibióticos, según científicos

Científicos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Científica del Sur revelan la presencia de una bacteria resistente en el agua del río Rímac, usada para irrigar cultivos de verduras y hortalizas en Lima Este.

Se analizaron muestras de agua de diferentes zonas de Lima Este. Foto: composición LR / La República / Flickr
Se analizaron muestras de agua de diferentes zonas de Lima Este. Foto: composición LR / La República / Flickr

En un estudio reciente, investigadores han detectado la presencia de bacterias resistentes a múltiples antibióticos en el agua del río Rímac, utilizada para irrigar cultivos de verduras y hortalizas en Lima Este. El descubrimiento genera una alarma entre las autoridades sanitarias y los agricultores, debido al riesgo potencial que representa para la salud pública y la seguridad alimentaria.

Para la investigación, llevada a cabo por un equipo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Científica del Sur, se analizaron muestras de agua de riego provenientes de diversos distritos de Lima Este. Entre ellos, Lurigancho, Chaclacayo, Pachacamac, La Molina y Lurín, zonas conocidas por su intensa actividad agrícola y su dependencia del río como fuente principal para el riego.

Se recogieron muestras de 24 puntos de cinco distritos de Lima Este. Foto: Universidad Científica del Sur

Se recogieron muestras de 24 puntos de cinco distritos de Lima Este. Foto: Universidad Científica del Sur

Descubrimiento de bacterias resistentes en el agua del río Rímac

El estudio, publicado en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, fue realizado entre octubre de 2019 y febrero de 2020. Durante ese periodo, se recolectaron muestras de agua en 24 puntos estratégicos de los mencionados distritos. Los análisis microbiológicos y genéticos revelaron que todas las muestras excedían los límites permisibles de contaminación establecidos por las Normas de Calidad Ambiental para el riego de hortalizas, lo que refleja un alto nivel de contaminación y un serio riesgo para los cultivos alimentarios.

Durante la ejecución del estudio en el río Rímac, el equipo científico empleó técnicas avanzadas para evaluar la contaminación bacteriana y la resistencia a los antibióticos. Además de las pruebas microbiológicas convencionales, se realizaron análisis de microbiología molecular que incluyeron la identificación de genes específicos responsables de la resistencia a los antibióticos.

Los resultados mostraron que el 79.2% de las muestras contenía Escherichia coli, y un alarmante 72.3% de estas cepas demostraron ser resistentes a uno o más antibióticos. Además, un 24.5% de las cepas identificadas fueron clasificadas como multirresistentes, capaces de resistir tres o más tipos de antibióticos. Entre los antibióticos a los que mostraron mayor resistencia se incluyen la ampicilina-sulbactam, el ácido nalidíxico, el trimetoprim-sulfametoxazol y el ciprofloxacino.

Es recomendable lavar con cuidado las verduras y frutas antes de consumirlas. Foto: Pexels

Es recomendable lavar con cuidado las verduras y frutas antes de consumirlas. Foto: Pexels

¿Qué son las bacterias resistentes a los antibióticos?

Las bacterias resistentes a los antibióticos son aquellas que han desarrollado la capacidad de sobrevivir y multiplicarse a pesar de la presencia de medicamentos diseñados para matarlas o detener su crecimiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia a los antibióticos ocurre cuando las bacterias cambian en respuesta al uso de estos medicamentos, lo que hace que las infecciones causadas por estas bacterias sean más difíciles de tratar. Esto puede llevar a enfermedades más graves, estancias hospitalarias más largas y un mayor riesgo de muerte.

Entre las bacterias resistentes a los antibióticos más conocidas se encuentran Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) , que causa infecciones graves en la piel y otros órganos; Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae, que pueden provocar infecciones urinarias y pulmonares difíciles de tratar; Enterococcus resistente a la vancomicina (VRE), que es común en hospitales; y el Mycobacterium tuberculosis multirresistente (MDR-TB), responsable de formas de tuberculosis que no responden a tratamientos convencionales. Además, la bacteria de la gonorrea (Neisseria gonorrhoeae ) ha desarrollado una resistencia creciente a varios antibióticos, lo que complica su tratamiento.

Un riesgo para la salud

La presencia de cepas de E. coli resistentes en el agua de riego es especialmente preocupante porque pueden transferirse a las verduras y hortalizas que se consumen diariamente. Los hallazgos plantean un riesgo directo de infecciones en humanos, las cuales podrían ser difíciles de tratar debido a la resistencia de las bacterias a los tratamientos convencionales. Además, el estudio advierte que la resistencia a los antibióticos es un problema de salud global que podría empeorar si no se toman medidas preventivas y de control adecuadas.

Los expertos resaltan la necesidad crítica de revisar y mejorar las prácticas de irrigación y gestión de recursos hídricos en las zonas agrícolas para evitar la propagación de bacterias resistentes, en búsqueda de garantizar la seguridad alimentaria y la protección de la salud pública en Perú.

 Algunas de las verduras más populares que abastecen el mercado local en Lima son la lechuga, la espinaca, la zanahoria y el brócoli. Foto: Andina

Algunas de las verduras más populares que abastecen el mercado local en Lima son la lechuga, la espinaca, la zanahoria y el brócoli. Foto: Andina