Ciencia

Científicos descubren que asteroide Bennu tiene minerales con agua que pudieron crear la vida en la Tierra

Un grupo de científicos analizó una porción de 121 gramos extraídos del asteroide Bennu. Los fragmentos recuperados revelarían que el cuerpo rocoso perteneció a un mundo con abundante agua.

Una vista del interior de una guantera de vidrio y acero inoxidable que contiene el recipiente de retorno de muestras del asteroide Bennu. Foto: composiciónLR/Fabrizio Oviedo/NASA/Goddard/Dante Lauretta
Una vista del interior de una guantera de vidrio y acero inoxidable que contiene el recipiente de retorno de muestras del asteroide Bennu. Foto: composiciónLR/Fabrizio Oviedo/NASA/Goddard/Dante Lauretta

La NASA enfatiza en estudiar los cuerpos rocosos que vagan por el espacio para comprender la historia de la Tierra. Ahora, los científicos han descubierto que los minerales encontrados en restos del asteroide Bennu contienen rastros de agua, por lo que se cree que proviene de un mundo oceánico y estaría relacionado con el surgimiento de la vida en nuestro planeta.

La misión OSIRIS-REx pasará a llamarse OSIRIS-APEX porque la NASA buscará extraer datos geológicos del asteroide Apophis, el 'Dios del Caos', en el 2029, cuando se aproxime a la Tierra a una distancia más corta que los satélites artificiales de mayor altitud.

Misión OSIRIS-REx logra capturar fragmentos del asteroide Bennu

OSIRIS-REx es la primera misión estadounidense en recoger una muestra de un asteroide: hablamos de Bennu, con un diámetro de 500 metros. La sonda, del mismo nombre, regresó a la Tierra el 24 de septiembre de 2023 y depositó una cápsula con material de la gigantesca roca. Posteriormente, la nave fue renombrada OSIRIS-APEX y enviada a una nueva misión para explorar el asteroide Apophis en 2029, según comunicó la NASA.

El análisis de una pequeña porción de los 121 gramos de material traído del asteroide Bennu (regolito carbono prístino) por la misión OSIRIS-REx de la agencia espacial estadounidense ha revelado un hallazgo inesperado. Muchos de los fragmentos recuperados contienen minerales que sugieren un pasado acuoso del cuerpo de origen del asteroide, acotó Josep Trigo Rodríguez, investigador principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias, del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE - CSIC), para un artículo de The Conversation.

Los procesadores de astromateriales Mari Montoya, izquierda, y Curtis Calva, derecha, utilizan herramientas para recolectar partículas de asteroides de la base del recipiente científico OSIRIS-REx. Foto: NASA

Los procesadores de astromateriales Mari Montoya, izquierda, y Curtis Calva, derecha, utilizan herramientas para recolectar partículas de asteroides de la base del recipiente científico OSIRIS-REx. Foto: NASA

"Bennu fue seleccionado como el objetivo de la misión en parte porque las observaciones telescópicas indicaron una composición carbonosa primitiva y minerales portadores de agua. Estos hallazgos sugirieron que Bennu podría contener compuestos prebióticos relevantes para el origen de la vida, así como ingredientes esenciales como el agua que podrían contribuir a la habitabilidad en la Tierra y otros cuerpos celestes", resaltaron los autores en el artículo.

Las colisiones de planetesimales formaron planetas ricos en agua

El estudio científico de las muestras, liderado por Dante S. Laureta y Harold Connolly, ha identificado fosfatos y otros minerales que arrojan luz sobre los primeros tiempos del sistema solar, cuando los planetesimales se formaron a partir del material que se condensó alrededor del Sol hace unos 4.565 millones de años. Los resultados se encuentran alojados en la revista Meteoritics and Planetary Science.

La colisión de los planetesimales, objetos sólidos con un diámetro mayor a 1 kilómetro, dio lugar a la formación de cientos de protoplanetas, algunos de los cuales estaban hidratados. Cuando los planetesimales alcanzan esa medida, se empiezan a atraer por la gravedad generada hasta convertirse en un protoplaneta con un centro sólido como Ceres y la Luna.

Según describe Josep Trigo Rodríguez, Ceres contiene más agua que la Tierra y sería interesante estudiarlo a profundidad con futuras misiones de exploración astrobiológica.

Las muestras de Bennu no se identificaron en los datos de teledetección de OSIRIS-REx. Estos minerales, típicos de la corteza oceánica terrestre, sugieren que Bennu se desprendió de un antiguo mundo oceánico.

Representación artística de la nave OSIRIS-REx descendiendo hacia el asteroide Bennu. Foto: NASA/Universidad Estatal de Arizona/AFP

Representación artística de la nave OSIRIS-REx descendiendo hacia el asteroide Bennu. Foto: NASA/Universidad Estatal de Arizona/AFP

Una pequeña fracción de la muestra de Bennu retornada por la misión OSIRIS-REx de la NASA, mostrada en imágenes microscópicas. Foto: Lauretta y Connolly et al.

Una pequeña fracción de la muestra de Bennu retornada por la misión OSIRIS-REx de la NASA, mostrada en imágenes microscópicas. Foto: Lauretta y Connolly et al.

Un estudio reciente sobre la dinámica orbital de Bennu y del asteroide Ryugu indica que ambos podrían provenir de una extensa familia asociada al asteroide 142 Polana, de unos 55 km de diámetro. Estas familias de rocas son el resultado de la fragmentación de cuerpos progenitores más grandes en el cinturón principal de asteroides, ubicado entre Marte y Júpiter.

¿Qué investigará la misión OSIRIS-APEX?

La NASA anunció que la misión OSIRIS-REx pasará a llamarse OSIRIS-APEX, iniciativa que se dedicará a estudiar los cambios físicos que sufrirá el asteroide Apophis como resultado de su inusual encuentro cercano con la Tierra en abril del 2029.

Ese año, tal y como lo confirma la agencia espacial estadounidense, Apophis se moverá a 32.000 kilómetros de la superficie de la Tierra, más cerca del planeta que nuestros satélites de mayor altitud. "Se espera que la atracción gravitatoria de nuestro planeta altere la órbita del asteroide, cambie la velocidad a la que gira sobre su eje y posiblemente cause terremotos o deslizamientos de tierra que alterarán su superficie", se lee en un comunicado.

La nave espacial OSIRIS-APEX se acercará a la superficie de Apophis, hecho de material de silicato (o rocoso) y una mezcla de níquel y hierro metálicos, y encenderá sus motores para apropiarse rocas sueltas y polvo.