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Ciencia

China planea enviar monos al espacio para que tengan sexo entre ellos

Los científicos quieren averiguar con este experimento si el sexo espacial es seguro para los humanos.

Los primates serán partícipes de un experimento de reproducción sexual en el espacio que podría cambiar la medicina espacial. Foto: composición de Jazmín Ceras / La República
Los primates serán partícipes de un experimento de reproducción sexual en el espacio que podría cambiar la medicina espacial. Foto: composición de Jazmín Ceras / La República

China planea enviar, con fines científicos, a un grupo de monos al espacio para que tengan sexo entre ellos y así averiguar si las relaciones sexuales fuera de la Tierra son prácticas seguras para los seres humanos.

El experimento de sexo espacial, que todavía no tiene fecha de ejecución, se llevaría a cabo en Wentian, el módulo más grande de la Estación Espacial Tiangong, informa el diario South China Morning Post (SCMP).

“Se llevarán a cabo algunos estudios con ratones y monos para ver cómo crecen o incluso se reproducen en el espacio”, dijo Zhang Lu, investigador de la Academia de Ciencias de China en Beijing. “Ayudarán a mejorar nuestra comprensión de la adaptación de un organismo a la microgravedad y otros entornos espaciales”, añadió.

Hasta la fecha, los expertos no han informado de ningún caso exitoso de sexo entre mamíferos en el espacio, lugar donde se experimentan condiciones de ingravidez y una exposición constante a la radiación.

 Tripulantes chinos a bordo de la estación espacial Tiangong. Foto: Xinhua

Tripulantes chinos a bordo de la estación espacial Tiangong. Foto: Xinhua

Experimentos de sexo espacial con animales

El sexo es un deseo intrínseco en todos los animales y los humanos no somos una excepción. Sin embargo, ¿los astronautas podrán satisfacer esa necesidad en el espacio?

Los científicos han demostrado que las bacterias y otros animales diminutos pueden reproducirse en el espacio y retornar sanos a nuestro planeta. Sin embargo, los experimentos con animales de mayor tamaño, como los mamíferos, no han tenido el mismo éxito.

En 1979, por ejemplo, la antigua Unión Soviética (URSS), hoy Rusia, lanzó dentro de un satélite a un grupo de ratones macho y hembra con la intención de que se apareen en una misión de 18 días. Los roedores consiguieron copular, pero los embarazos fueron abortados espontáneamente después de su retorno a la Tierra.

En 2014, por otro lado, Rusia realizó otro experimento con cinco geckos (un macho y cuatro hembras). La prueba parecía estar bien hasta que se recogió la cápsula en la que viajaron los reptiles y descubrieron que todos habían muerto congelados.

Según informó el diario británico The Guardian, la razón pudo haber sido una falla en el equipo que aseguraba la temperatura del hábitat donde vivían.

En tanto, la NASA asegura no haber realizado ningún experimento similar debido a que el tema no está entre sus necesidades de investigación.

El espacio, un ambiente hostil para el experimento

Existen múltiples razones para pensar que el sexo entre animales en el espacio es, si no una mala idea, al menos una hazaña complicada.

En primer lugar, está el hecho de que mantener animales de gran tamaño en el espacio demanda más tiempo y cuidado para los astronautas a bordo, explica Adam Watkins, profesor de Fisiología Reproductiva en la Universidad de Nottingham, ante SCMP.

Asimismo, para garantizar que estos animales tengan deseos sexuales, los tripulantes deberán asegurarse de que estos se sientan cómodos y seguros y no se pongan violentos por estar en un entorno muy distinto a la superficie terrestre.

La microgravedad también es otro inconveniente. No solo porque obstaculiza el contacto cercano entre individuos, sino principalmente porque provoca cambios hormonales que producen la disminución de la libido, además de que los órganos sexuales no funcionen de la misma manera.

"Dado que los astronautas experimentan una presión arterial más baja mientras están en el espacio, mantener las erecciones y la excitación son más problemáticos”, sostiene Watkins.

Aun si el sexo humano en el espacio logra superar las barreras físicas y se concibe un embarazo, los científicos no saben si la exposición a la radiación podría alterar el ADN del feto y conducir a un aborto espontáneo o a alteraciones genéticas hereditarias.

Bachiller en Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Periodista de la sección Ciencia desde octubre de 2021. Seguidor de Naoki Urasawa. También dibujo y toco la guitarra.