Así era Toumai, el primer homínido que habría caminado erguido hace 7 millones de años
Un nuevo estudio sugiere que Toumai es el pariente más antiguo del ser humano. Aunque era bípedo, eventualmente trepaba árboles.
Según un estudio publicado este miércoles en la revista Nature, Toumai (Sahelanthropus tchadensis) es el homínido más antiguo conocido, ya que caminaba con sus dos pies hace siete millones de años, aunque eventualmente también trepaba los árboles.
El hallazgo de Toumai y el polémico fémur
La historia de Toumai comenzó en Toros-Menalla, en el norte de Chad (África Central), cuando en 2001 un equipo de la misión paleoantropológica franco-chadiense (MPFT, por sus siglas en inglés) descubrió un cráneo.
Por la datación de los restos, Toumai desplazaba a Orrorin tugenensis, de seis millones de años y descubierto en Kenia, como el más antiguo representante de la humanidad.
Cráneo de Sahelanthropus tchadensis, descubierto en Chad (África Central) en 2001. Foto: Discovery institute
La posición del orificio occipital en el cráneo de Toumai, con una columna vertebral situada bajo el cráneo y no detrás como en los cuadrúpedos, lo colocaba como primate bípedo. Algunos especialistas cuestionaron esta conclusión, argumentando sobre el estado incompleto del fósil.
Pero el debate se extendería cuando en 2004 se encontró un fémur en una colección de huesos indeterminados en la Universidad de Poitiers, que sugería que este antepasado humano se movilizaba en cuatro patas. La discusión continuó por décadas.
Ahora, un estudio más extenso sobre este fémur de Sahelanthropus tchadensis, liderado por el paleontólogo Guillaume Daver, suministra una contribución decisiva a ese descubrimiento.
Toumai era un homínido bípedo
“El cráneo nos dice que Sahelanthropus pertenece al linaje humano”, explicó el martes Franck Guy, paleoantropólogo y uno de los autores del estudio, el que demuestra que “el bipedismo era su modo de locomoción preferido”.
Este bipedismo “habitual, aunque no exclusivo, se acompañaba de un poco de arboricolismo”, es decir, la capacidad de desplazarse en los árboles. Una herencia del hipotético ancestro común al linaje humano y al de los chimpancés.
Los científicos de la misión franco-chadiana estudiaron los huesos durante varios años, con una serie exhaustiva de pruebas y medidas. Identificaron 23 trazos morfológicos y funcionales, antes de compararlos con los de otros homínidos y grandes monos actuales y fósiles.
Modelos 3D del fémur y los cúbitos de Toumai (izquierda) y un análisis de la función locomotora a partir de sus restos (derecha). Foto: Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS / University of Poitiers
Su conclusión es que “el conjunto de esos rasgos de carácter es mucho más cercano a lo que se observa en un homínido que en cualquier otro primate”. Por ejemplo, cuando en función cuadrúpeda un gorila o un chimpancé —el más cercano primo del hombre— camina apoyándose en la parte exterior de las falanges.
Eventualmente trepaba árboles
El individuo cuyos huesos fueron estudiados pesaba entre 43 y 50 kilos. El paisaje desértico y desnudo que acoge en la actualidad su restos mezclaba en su época bosques de palmeras y sabanas húmedas, o sea un marco favorable tanto a la marcha como a la cuadropedia de “precaución” entre el follaje.
Hace 7.000 millones de años, Toumai caminaba erguido en sus dos pies, pero eventualmente también trepaba árboles. Foto: Sabine Riffaut / Guillaume Daver / Franck Guy / Palevoprim / CNRS / University of Poitiers
El estudio suministra así “una imagen más completa de Toumai y finalmente de los primeros humanos”, subrayó a AFP el paleoantropólogo Antoine Balzeau, del Museo Nacional de Historia Natural, al elogiar un trabajo “muy consistente”.
Esto da argumentos suplementarios a quienes abogan por una evolución muy “arborescente” del linaje humano, con múltiples ramas, lo que se enfrentaría a una “imagen simplista de humanos que se suceden, con capacidades que mejoran a lo largo del tiempo”, subraya Balzeau.
Lo que hacía del Sahelanthropus un humano era su capacidad para adaptarse al medio ambiente dado, según los investigadores de Palevoprim, que insistieron en la importancia de no considerar a la bipedia como un “carácter mágico” que definiría a la humanidad de manera estricta.
En un artículo que acompaña el estudio, Daniel Lieberman, profesor de evolución biológica en Harvard, considera que este no ofrece aún “solución definitiva” al asunto de la naturaleza de Toumai.
El equipo espera reanudar sus investigaciones en Chad el año próximo, “si la seguridad lo permite”, dijo Guy.
Pues como lo dijo la paleontóloga chadiana Clarisse Nekoulnang, del Centro nacional de investigación y desarrollo, los equipos en el lugar “tratan de hallar sitios más antiguos que el de Toumai”.
Con información de AFP.