Ciencia

Hallan escultura de la cabeza de un dios maya con más de 1.300 años de antigüedad

Antiguos mayas la enterraron en posición que hace alusión al crecimiento de la planta del maíz con los primeros rayos del sol.

En una expedición encontraron una cabeza estucada que representa al joven maya dios del maíz. Foto: INAH
En una expedición encontraron una cabeza estucada que representa al joven maya dios del maíz. Foto: INAH

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reportó el último martes 31 uno de los hallazgos más trascendentales de la historia maya. Se trata de una cabeza estucada que representa al joven dios del maíz y que tiene más de 1.300 años de antigüedad.

De acuerdo a la institución, la escultura se encontraba en las ruinas del complejo arqueológico de Palenque, ubicado en el estado de Chiapas, al sureste de México.

El INAH señaló que esta obra representa a la más importante deidad del panorama maya. Fue construida con una longitud de 45 centímetros, 16 de ancho y 22 de altura. La posición yacía en dirección de este a oeste, lo que representaría el crecimiento de la planta del maíz con los primeros rayos del sol.

La pieza pertenece al periodo clásico tardío de dicha civilización, aproximadamente entre los años 700 y 850 de nuestra era. Pasaron más de 1.300 años para que la humanidad pueda encontrarla.

¿Cómo se descubrió la cabeza del dios maya?

Si bien el descubrimiento tuvo lugar en el 2021 con otro proyecto de exploración, recién se vio la totalidad de la escultura hace unas semanas. “Dentro de un receptáculo semicuadrado formado de tres paredes y bajo una capa de tierra suelta emergieron la nariz y la boca semiabierta de la divinidad”, explicó el arqueólogo Carlos Varela, especialista del INAH.

En la expedición participaron el arqueólogo Arnoldo González y la restauradora Haydeé Orea Magaña, así como los jefes de campo Carlos Varela Scherrer y Wenceslao Urbina Cruz, entre otros profesionales.

Bajo esta obra se encontraba un depósito ritual, al parecer quemado, en donde los antiguos mayas habrían realizado un evento de clausura; es decir, la escultura fue parte de una ofrenda sobre un estanque de piso y paredes estucadas. Los expertos consideraron que la intención fue simular la entrada del dios del maíz al inframundo en un entorno acuático.

“La escultura, la cual debió ser moldeada alrededor de un soporte de piedra caliza, tiene características gráciles: el mentón es afilado, pronunciado y partido. Los labios son finos y se proyectan hacia afuera; mientras que el inferior está ligeramente hacia abajo, mostrando los incisivos superiores. Asimismo, los pómulos son finos y redondeados; los ojos alargados y delgados; la frente amplia, larga y aplanada; y la nariz ancha y pronunciada”, señaló Varela a la prensa mexicana.

La cabeza tuvo que someterse a un proceso de secado paulatino a fin de restaurar las condiciones adecuadas e iniciar labores de reconstrucción.