Cápsula con aire de hace 250 años revela aterradora comparación con el presente
Científicos británicos capturaron el aire ‘ultrapuro’ atrapado en la capa de nieve del año 1765, justo antes de que comenzara la era industrial y sus efectos en el medioambiente.
Una cápsula cuyo interior alberga aire de hace más de 250 años ha sido colocada como la pieza central de una exposición en Glasgow, Escocia. Esta muestra inédita revela cómo el contenido de la atmósfera de la Tierra ha sido modificada principalmente por la actividad humana.
Un equipo de científicos del British Antarctic Survey (BAS) extrajo las burbujas de aire que quedaron atrapadas en una capa de nieve profunda de la Antártida en 1725. El aire fue introducido en una escultura cilíndrica de vidrio gracias a la colaboración del artista Wayne Binitie y la firma global de ingeniería Arup.
¿Por qué 1765? Muchos historiadores señalan este año como el comienzo de la Revolución Industrial. Esto significa que a partir de ese “momento crucial”, el aire de la Tierra fue invadido por las emisiones generadas por el humano.
Desde que la vida compleja floreció en la Tierra, hace varios millones de años, el aire está compuesto principalmente por nitrógeno y oxígeno, mientras que parte del resto lo componen los gases de efecto invernadero, proceso natural que retiene el calor en el planeta. Sin embargo, estos componentes han aumentado gradualmente en la atmósfera desde que la humanidad entró en la era industrial. Esta situación está provocando el actual calentamiento global.
Según detalla el BAS, la pureza del aire de la cápsula revela que los niveles de gases como el dióxido de carbono y el metano han aumentado terriblemente desde 1765.
Interior de la cápsula de aire. Foto: Royal College of Art / BAS
De hecho, los efectos de este incremento se han hecho evidentes en la temperatura global, que es ahora casi 1,5 grados centígrados más alta que en la era preindustrial.
El glaciólogo Dr. Robert Mulvaney, responsable de la extracción de hielo para el BAS, explicó a The Guardian el proceso que realizan:
“La nieve cae en la Antártida año tras año, pero no se está derritiendo. Entonces se acumula y comprime debajo cada año. A medida que vamos más profundo, nos adentramos cada vez más en el pasado”.
La caída de la nieve atrapa pequeñas burbujas de aire en la superficie, por lo que los científicos podrían tener registros del aire de cada época hasta la actualidad.
“Este conocimiento es vital para ayudarnos a adaptarnos a un mundo cambiante”, indica el BAS.
Ahora, la enigmática cápsula de 1765 se encuentra en la exposición Polar Zero en el Glasgow Science Centre con motivo de la conferencia climática Cop26 que se celebrará en noviembre en dicha ciudad.