Estudio concluye que la azitromicina es ineficaz para tratar a pacientes graves con COVID-19
Los resultados del ensayo clínico, realizado en 57 hospitales brasileños, mostraron que no hubo ningún beneficio en la inhibición de la infección viral.
Un estudio publicado el 4 de septiembre por un grupo de científicos brasileños concluyó que la azitromicina es ineficaz en el tratamiento de pacientes graves con coronavirus.
El ensayo clínico, realizado en 57 hospitales brasileños y publicado en la revista científica The Lancet, reveló que la azitromicina, el segundo medicamento más usado en el mundo contra la COVID-19, no mejora la evolución de los pacientes graves.
“El estudio sugiere que la azitromicina es ineficaz para el tratamiento del virus, al menos para pacientes graves, pero es bueno recordar que es recomendada en neumonías por bacterias”, afirmó a Efe Remo Holanda Furtado, cardiólogo del Hospital Israelita Albert Einstein.
La pesquisa fue realizada por científicos de la llamada coalición Brasil COVID-19, entre los que se encuentran algunos de los mejores hospitales de América Latina, como el propio Albert Einstein o el Sirio Libanés.
El ensayo, que fue realizado en 397 pacientes con COVID-19 entre el 28 de marzo y el 19 de mayo, comprobó que la azitromicina “no posee algún beneficio a la hora de inhibir la infección viral”, como sugerían algunos estudios iniciales, de acuerdo con el cardiólogo.
La azitromicina es actualmente el segundo medicamento más usado en el mundo en el tratamiento de pacientes en estado grave con COVID-19, por lo que la prueba puede contribuir para modificar la práctica clínica adoptada hasta el momento en el cuidado de los pacientes.
La Coalición COVID-19 ha desarrollado otros estudios desde el inicio de la pandemia, entre ellos uno publicado en la revista New England Journal of Medicine que cuestionó la eficacia de la hidroxicloroquina para tratar el virus.
Pese a pruebas que señalan su ineficacia, la hidroxicloroquina, un medicamento históricamente utilizado contra la malaria, ha sido promocionado en reiteradas ocasiones por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los líderes más escépticos sobre la gravedad del virus, al que llegó a calificar de “gripecita”.
El propio Bolsonaro se infectó de coronavirus y atribuyó su mejora al uso de la hidroxicloroquina, cuya producción ordenó aumentar al comienzo de la pandemia, la cual ya deja más de 4 millones de casos y 125.000 muertos en el país.