Ciencia

Análisis sugiere que el coronavirus es la combinación de dos virus diferentes

Las investigaciones apuntan a que una especie se infectó por dos virus distintos, los cuales se recombinaron en su organismo y produjeron uno nuevo, con la capacidad de infectar al humano.

Análisis genómico sugiere que el nuevo coronavirus surgió de la recombinación de dos virus. Imagen referencial: EPR.
Análisis genómico sugiere que el nuevo coronavirus surgió de la recombinación de dos virus. Imagen referencial: EPR.

Desde que surgió el brote de COVID-19, científicos de todo el mundo han destinado sus esfuerzos a descifrar su origen. Para ello, secuenciaron el material genético del virus (genoma) y lograron conocer cada detalle de sus funciones. El análisis comparativo de este y otros virus animales sugiere que el SARS-CoV-2 es producto de una desgraciada combinación.

Este coronavirus, como su nombre lo indica, es muy parecido al SARS-CoV, responsable de la epidemia de neumonía aguda que surgió en China a finales de 2002 y se propagó a 29 países en 2003. Ambos virus pertenecen al grupo de los betacoronavirus, uno de los cuatro géneros de coronavirus.

Con el tiempo, se supo que los murciélagos del género Rhinolophus, que habitan cuevas, fueron el reservorio del SARS-CoV y que un pequeño carnívoro, la civeta de la palma, pudo haber sido el huésped intermedio, es decir, la vía de transmisión entre los murciélagos y los primeros casos humanos.

Recientemente, los investigadores se percataron de que el virus RaTG12, aislado de un murciélago de la especie Rhinolophus affinis en la provincia china de Yunan, resultó ser muy similar al SARS-CoV-2, el coronavirus causante de la actual pandemia. El genoma de ambos son idénticos en un 96 por ciento.

Ejemplar de rinolophus affinis. Foto: Difusión.

Ejemplar de rinolophus affinis. Foto: Difusión.

Hasta este punto, se dedujo que los murciélagos del género Rhinolophus son el reservorio de los virus SARS-CoV y SARS-CoV-2. También se comprobó la eficacia del sistema inmunológico de estos animales, que no permite que el virus se propague en su organismo y, por ende, no los afecta.

La recombinación

Una posterior investigación demostró que el virus hallado en el pangolín es similar al nuevo coronavirus en un 99 por ciento, pero específicamente en una región de la proteína S, la que usa para infectar a la célula humana.

En cambio, el virus RaTG13 del murciélago mencionado se asemeja muy poco en esta región infecciosa. Por tanto, este no puede entrar a la célula humana, mientras que el virus aislado del pangolín sí.

El pangolín, cuyas escamas son traficadas en Asia. Foto: Difusión.

El pangolín, cuyas escamas son traficadas en Asia. Foto: Difusión.

Según Alexandre Hassanin, especialista en biología evolutiva, estas comparaciones genómicas sugieren que el virus SARS-CoV-2 es el resultado de una recombinación entre dos virus diferentes, uno cercano al virus RaTG13 y el otro más semejante al virus del pangolín.

¿Cómo ocurrió?

Tal como indica en un artículo publicado en ‘The Conversation’, este mecanismo de recombinación también habría originado el SARS-CoV.

En ese sentido, el proceso por el que se originó el SARS-CoV-2 haría sido similar: el virus salió de su reservorio (murciélago Rinolophus affinis), lo adquirió un huésped intermedio (el pangolín) y en el organismo de este, se recombinó genéticamente con otro virus ya presente.

La recombinación da como resultado un nuevo virus potencialmente capaz de infectar a una nueva especie. En este caso, esos nuevos huéspedes fuimos nosotros.