A menudo, se dice que los animales son los mejores amigos del hombre y un video compartido en TikTok lo comprobó. Un perrito no abandonó a su dueño, a pesar de que este había fallecido hace unos años, tal como se logró ver en las conmovedoras escenas que han dado la vuelta al mundo.
A través de una grabación compartida en la cuenta @agoranovale, se captó a un tierno y pequeño peludito parado al costado de la tumba de su propietario que falleció en el 2020.
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Según los pobladores de la comunidad de Santa Clara do Sul en Brasil, el tierno Branco era mascota de uno de los vecinos que lamentablemente murió hace tres años. Desde que lo enterraron, el can no ha faltado ni un solo día en visitar la tumba de don Ademar Seidel.
“Todo parece indicar que Branco, de 15 años, espera que un día su dueño venga por él para volver a estar juntos hasta la eternidad”, remarcó Clair Seidel, esposa de Ademar, a RBS TV, quien, además, mencionó que el dúo era inseparable tras salvarse del ataque de un toro.
"Yo estaba dentro de la casa y no pude ayudarlo. Entonces el perrito lo vio, fue allí y golpeó al toro", comentó Seidel. Aseguró que gracias al valiente acto del animal, su esposo había podido escapar del bovino, llevándose consigo a Branquinho.
Tras la muerte de Ademar, el perrito se iba a mirar el tractor que conducía su dueño y cuando era encendido, se lanzaba a perseguirlo. Sin embargo, luego encontró una forma de mantener contacto directo con su amo: yendo al cementerio y mirando la foto de su tumba a diario.
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Al conocer la historia, los usuarios en TikTok no tardaron en dejar sus comentarios. “Amor incondicional”, “Ni la muerte los separó”, “Pobre, lo debe extrañar mucho”, “Una amistad que dura más allá de la vida”, “Es un perrito muy lindo”, fueron solo algunas reacciones de los usuarios en la publicación.
Los perros cuentan con una memoria que les hace olvidar lo sucedido a los 15 o 30 segundos de ocurrir. Sin embargo, pueden recordar a sus dueños toda la vida.
Los perros recuerdan a sus dueños toda la vida. Foto: Istock
Los perritos tienen peculiares maneras de demostrar tristeza: aullan, lloran, ladran, y se recuestan en el lugar donde solían estar sus dueños, por ejemplo: la cama, el sofá, entre otros.