La mosca de la fruta es una de las plagas más temidas por los agricultores, pues genera una perdida anual de US $100 millones al año, arruinando la cosecha y también generando barreras fitosanitarias con otros países. El ingeniero Jorge Barrenechea Cabrera, director general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), explica que en lo que respecta al Perú, “los primeros lugares reconocidos como áreas libres de moscas de la fruta son las regiones de Tacna y Moquegua”. En estas jurisdicciones, manifiesta, ahora sólo se liberan moscas estériles como labor de vigilancia, algo rutinario para mantener ese status que le permite ser un área libre. “Existen algunos valles que se han beneficiado de la ejecución de campañas de control contra las moscas de la fruta como es el caso del Valle Interandino de Huaura Sayán, donde la participación activa de la población permitió la eliminación de la plaga.” “En la actualidad, se desarrollan satisfactoriamente en el país campañas de erradicación de moscas de la fruta en las regiones de Arequipa, cuyo inicio se dio en octubre de 2006, e Ica, donde trabajamos desde setiembre de 2008; esto sin olvidar Santa Rosa en Lima, Olmos en Lambayeque y también en el valle de Alto Jequetepeque en Cajamarca”, señala Barrenechea. Milagrosa ciencia El Senasa cuenta con un moderno Centro de Producción de Mosca de la Fruta Estériles, equipado con tecnología de punta y con capacidad de producir 300 millones de moscas estériles cada semana, para ser distribuidas a escala nacional y futuros programas de exportación. En la actualidad, produce un promedio de 70 millones de moscas de la fruta estériles por semana. De esta producción, 60 millones se liberan en el campo, anota. “Estas moscas nacen de cepas y reciben irradiación para volverlas estériles, baños de cobalto 60 y rayos gamma, lo cual le ocasiona un daño en los órganos reproductivos”. “Ya en el campo se libera a los machos estériles que compiten con los fértiles, se suelta generalmente un promedio de 10 machos de éstos por cada macho fértil. El macho de laboratorio busca a la hembra y pese a que copula no existe una progenia porque este insecto no está bien conformado. Podría decirse que la hembra pondrá huevos vacíos”. En otras palabras, estas moscas estériles irán menguando la cantidad de insectos que pueden reproducirse hasta que desaparezca completamente. Para mantener las áreas libres de mosca que se declararán próximamente, se necesita un nivel elevado de colaboración nacional y regional, tanto del sector público como de la empresa privada y de la sociedad civil en general. “Para lograr un área libre de moscas de la fruta, primero se debe definir la estrategia más adecuada para el control de la plaga. El Senasa, dentro de las campañas de control implementadas, ha definido etapas o fases a través de las cuales se llega al área libre de moscas de la fruta”, refiere Barrenechea. La estrategia de intervención para la erradicación de moscas de la fruta se da en cinco etapas secuenciales para llegar al objetivo: prospección y monitoreo, supresión, erradicación, posterradicación y área libre, explica. “Otra es el ataque intensivo de la plaga mediante la concentración de recursos en el tiempo y en el espacio, la protección cuarentenaria temprana, el avance sistemático en el terreno bajo la forma de barrido y por último la implementación del sistema nacional de comunicación”, explica; sin dejar de lado la intensa y efectiva participación de los agricultores y de otros agentes privados y públicos. Procedimientos Consultado Jorge Barrenechea sobre cuales son los criterios para declarar a un área libre de mosca de la fruta, dice que “a escala internacional existen procedimientos y normativas que establecen los requisitos para que otros países nos reconozcan como Área Libre de Moscas de la Fruta”. La principal, precisa, es la norma internacional de medidas fitosanitarias (NIMF) Nº 26 denominada Establecimiento de áreas libres de plagas para moscas de la fruta (Tephritidae), publicada en abril del 2006 por la secretaria de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria. “El Perú en armonía a estas normas internacionales cuenta también con procedimientos nacionales que establecen los requisitos o pasos a seguir para este reconocimiento”, confirma. Y en efecto, llegan a nuestro país los pares de nuestro Senasa de países como Chile, Estados Unidos, México y ciertos países de la Comunidad Europea, que no son otros que un equipo de oficiales de sanidad que a través de ciertos estándares certifican intencionalmente que podemos exportar sin peligro alguno hacia esos países. La presencia de las moscas de la fruta ocasiona grandes limitaciones para la apertura de nuevos mercados de exportación en países libres de esta plaga y por los sobrecostos que demanda la implementación de infraestructura para los tratamientos de poscosecha de los cultivos destinados a la exportación. Es por ello que estar alerta es tarea no sólo de nuestras autoridades, sino de todos nosotros. Consecuencias La mosca de la fruta generan importantes pérdidas: Reducción considerable en la cantidad de fruta sana cosechada. Incrementa los costos de producción por la aplicación de plaguicidas durante su control. Existe la necesidad de aplicar tratamientos poscosecha para exportar. Se incrementan los riesgos a la salud humana por la dependencia a la aplicación de plaguicidas. Limita el acceso a mercados exigentes. Cifra 250 especies de la fruta peruana son atacadas por la mosca de la fruta.