Luis Grados Antayhua es uno de los grandes artífices de la construcción del nuevo Machu Picchu limeño; sin embargo, desde el inicio, su vida no fue nada fácil, ya que tuvo que enfrentar diversas pruebas de resiliencia y esfuerzo personal.
Las ganas de salir adelante y su ambición de hacer realidad un sueño de 26 años le han recompensado de la mejor manera por todas las vivencias que tuvo que enfrentar a lo largo de su vida.
Este novedoso lugar turístico se encuentra en San Buenaventura, Canta, a 2702 msnm. Foto: Huaral, capital de la agricultura
En el distrito de Chorrillos, el joven Luis Alberto Grados caminaba diariamente con su bandeja de marcianos, esos helados que ofrecían un alivio en los días más calurosos de Lima. Su trabajo le permitió conectar con su comunidad y experimentar de cerca el esfuerzo de progresar.
Gracias a los valores inculcados por sus padres, comprendió que el verdadero éxito se construye con dedicación y esfuerzo constante. Las experiencias de esos primeros años no solo moldearon su carácter, sino que lo impulsaron a perseguir metas que, para un joven con recursos limitados, parecían inalcanzables.
Luis Grados pasó varios años como inmigrante en Estados Unidos, enfrentando múltiples desafíos en su travesía. En su recorrido, atravesó países como Ecuador, Colombia y Panamá, hasta llegar a la frontera entre México y Estados Unidos. Allí vivió situaciones complicadas; incluso tuvo que hacerse pasar por mexicano para evitar ser deportado como peruano, adaptando las costumbres del país para camuflarse con éxito. Al llegar a su destino, comenzó a trabajar en el área de limpieza y, poco a poco, fue progresando hasta establecer su propia empresa de servicios.
En una entrevista para Día D, recordó su experiencia como indocumentado y cómo vivió en carne propia el riesgo de ser expulsado de Estados Unidos: ''Crucé como indocumentado con un coyote y no lo dejaba por nada del mundo, porque pensaba que, si Migraciones descubría que era peruano y no mexicano, me iban a deportar y ya nunca podría regresar, ni habría dinero'', expresó.
Su trabajo fue clave para establecerse en Estados Unidos, donde tuvo la oportunidad de trabajar en la Casa Blanca, residencia del presidente estadounidense de aquel entonces, Donald Trump. Esta experiencia le abrió muchas puertas, lo que le permitió conseguir importantes contratos con empresas interesadas en servicios de limpieza. No obstante, siempre conservó el deseo de regresar a su tierra natal y emprender un proyecto que reflejara su amor por el Perú.
El 'Imperio Guaya' representa más que una simple atracción turística; es un homenaje a la grandeza de la civilización inca y un reflejo del espíritu emprendedor de Luis Grados. Con este proyecto, él aspira a crear empleos y apoyar el crecimiento de su comunidad en Buenaventura.
Este ambicioso proyecto comenzó a tener repercusión a nivel internacional y captó la atención de turistas que buscan una conexión más cercana con la cultura peruana.