De doblar fierros a líder en el rubro de metalmecánica: la historia de éxito de Máximo San Román
Nació en una pequeña comunidad campesina de Cusco y hoy es dueño de NOVA, una de las empresas de maquinaria más importantes del Perú.
Máximo San Román es un empresario que nació en un pequeño pueblo de Cusco y que habla perfectamente el quechua. Tras terminar sus estudios básicos, en dos escuelas de su región, logró ingresar a la Escuela Nacional de Ingeniería Técnica (ENIT) de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) en donde se graduó como ingeniero mecánico de producción.
Desde niño tuvo el interés por la fabricación de herramientas de labranza, por lo que doblaba fierros a las afueras de un taller. Ya siendo joven decidió que se dedicaría al rubro de metalmecánica. Conoce cómo su constante esfuerzo hizo que hoy lidere el rubro de las máquinas para panificación con su empresa NOVA.
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¿Cómo logró Máximo San Román convertirse en uno de los hombres más ricos de Cusco?
Su historia de éxito se basa en la pasión y estudios que llevó en el rubro de metalmecánica. Al concluir sus estudios universitarios en 1970, ya era dibujante mecánico y docente del Centro de Tecnología Industrial del Ministerio de Industria y Comercio.
Al poco tiempo logró fabricar su primera máquina con piezas usadas: un molino picador. Luego se dedicó a reparar y fabricar maquinarias para los sectores metalmecánico, agroindustrial, minero y de panificación.
Primera máquina elaborada por Máximo San Román: un molino picador. Foto: captura de YouTube/YUPAK
Sin embargo, Rómulo buscaba adquirir más conocimientos, por lo que realizó pasantías y especializaciones en diversas empresas de Europa, Asia y Estados Unidos. Todo este aprendizaje hizo que en 1980 fundara oficialmente la empresa NOVA, una compañía dedicada a la creación de maquinaria para las industrias alimentarias.
Fue ahí que construyó la primera amasadora de pan hecha en Perú a base de un prototipo importado que vio en catálogos y por pedido de un cliente. El resultado fue tan exitoso que le pidieron que construyera una divisora de pan, una batidora y un horno eléctrico.
"La mayoría de los panaderos tenían hornos de ladrillo en ese momento. Yo fabriqué en 15.000 dólares el mismo horno importado de Francia que se vendía en 60.000. Cuando lo hice, le dije al dueño que me permitiera exhibirlo en una feria internacional, y desde ese momento empezamos a exportar", recuerda San Román en una entrevista con un medio local.
Actualmente, la empresa NOVA importa máquinas a 21 países, entre ellos Estados Unidos, Italia, África. Francia y diversos países de Latinoamérica. Sus logros fueron reconocidos por el Concytec, institución que le otorgó un premio en reconocimiento por sus innovaciones tecnológicas dentro de la industria de la panificación.