La historia de Leonardo Alexander Chavez es una prueba de que con esfuerzo y dedicación puedes cumplir grandes metas. A sus 16 años, el joven estudiante del colegio Matemático y Ecológico San Rafael en Carabayllo ingresó a dos de las universidades nacionales más prestigiosas del Perú: la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y la Universidad Nacional del Callao (UNAC). Lo más sorprendente es que, para conseguir ambas vacantes, el flamante alumno solo rindió un examen de admisión, en las respectivas casas de estudios.
Ahora, en una entrevista para La República, el joven estudiante, quien cursa el quinto año de secundaria, ha revelado cómo fue su proceso de preparación, cuántas horas al día repasaba y qué métodos de estudio empleó para ingresar a la UNMSM y la UNAC.
Según comentó el cachimbo de la carrera de Contabilidad, para prepararse para el examen de admisión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), estudiaba de lunes a viernes hasta las 11 de la noche. Primero lleva clases de reforzamiento en su colegio y luego, llegando a casa, repasa con los libros que tenía en su biblioteca aquellos temas que desea reforzar.
"Después de las clases, que eran de 7:40 a.m hasta las 6:30 p.m, estudiaba (por mi cuenta) con libros que tenía aquí en casa. Me quedaba hasta las 10 u 11 de la noche estudiando y así lo repetía de lunes a viernes", comentó el flamante alumno.
En tanto, los fines de semana, además de repasar aquello que no pudo estudiar en la semana, se enfocaba en resolver simulacros y exámenes de admisión de fechas pasadas para medir sus conocimientos y saber la cantidad de puntaje que podía obtener. Además de ello, utilizaba resúmenes para complementar y reforzar los temas que aún no dominaba.
Leonardo estudiaba todos los días para conseguir su ingreso a la UNMSM. Foto: La República/ colegio San Rafael/UNMSM
Según explicó el ahora cachimbo, su ardua preparación y los conocimientos adquiridos lo ayudara a resolver sin problemas el examen de admisión de San Marcos. Aunque reveló que, inicialmente, se encontraba nervioso de rendir dicha prueba, pues no estaba seguro de poder alcanzar su vacante, pudo sobrellevar sus nervios cuando comenzó a ver que los ejercicios del examen eran sencillos para él.
"Al principio estaba un poco nervioso (...) pero cuando me dieron el examen de aptitud con habilidades se me fueron los nervios porque vi que estaba muy sencillo. Comencé a resolver (los ejercicios) y me dio confianza a mí mismo para enfocarme en el examen de admisión (...) Estaba accesible el examen", señaló Leonardo.