En un esfuerzo por preservar una de las especies nativas más importantes del Perú, la Cooperativa de Usuarios Santa Cruz y la organización Servas han lanzado una campaña de adopción de árboles de queñua en Tacna. Esta iniciativa busca combatir la desaparición de estos árboles, que están en peligro de extinción debido a su uso indiscriminado como leña. La plantación masiva se realizará el 18 de octubre en 400 hectáreas de la provincia de Candarave.
La queñua, una especie que crece a más de cuatro mil metros de altura, es originaria del Perú y tarda alrededor de 200 años en alcanzar su tamaño máximo. Christian Riveros Arteaga, director regional de Comercio y Turismo, destacó la importancia de proteger esta especie, vital para los ecosistemas altoandinos.
Se busca dar en adopción árboles de queñua en Tacna. Foto: Liz Ferrer - LR
El sistema de adopción permite a los ciudadanos contribuir con un donativo de S/23 a través de Yape al número 952900604. Kareén Ríos Valdez, representante de Servas, explicó que cada donante tendrá su nombre asociado a una de las queñuas plantadas, el cual será inscrito en una cinta que se colocará en el árbol.
Nicol Garcia Ninaja, vocera de la Cooperativa de Usuarios Santa Cruz, resaltó las propiedades medicinales de la queñua, similares a las del eucalipto, pero con el valor añadido de ser una especie autóctona. A diferencia del eucalipto, que fue introducido desde Australia, la queñua es parte del patrimonio natural peruano y crucial para la biodiversidad de los Andes.
El árbol de la queñua está en peligro de extinsión en Perú. Foto: Liz Ferrer - LR
La iniciativa no solo busca reforestar áreas dañadas, sino también concienciar a la población sobre la importancia de preservar esta especie milenaria. Con el apoyo de agricultores y organizaciones sin fines de lucro, se espera que esta plantación masiva sea un paso importante para frenar la extinción de la queñua.
El proyecto de reforestación con queñuas no solo ayudará a restaurar el equilibrio ecológico en la región, sino que también promoverá un desarrollo sostenible en las comunidades altoandinas, con esto se protegería el medio ambiente y fomentaría el turismo ecológico en la zona.