Conocidos como menists, un grupo de anabaptistas ha logrado establecer cinco colonias en la Amazonía peruana, buscando alejarse del mundo moderno y vivir de acuerdo con sus creencias.
Su curioso estilo de vida y la adaptación al entorno amazónico ha despertado el interés de autoridades e investigadores, quienes observan cómo estos colonos prosperan en un ambiente tan inhóspito.
Los menists, también conocidos como menonitas, son un grupo religioso cristiano anabaptista creyentes en Dios y Jesús. Su religión se originó en Europa durante el siglo XVI, en el contexto de la Reforma Protestante.
Su nombre proviene de Menno Simons, un líder religioso neerlandés cuya teología y enseñanzas ayudaron a consolidar el movimiento. Los menonitas creen en la simplicidad, la paz, y el rechazo de la violencia, lo que incluye la objeción de conciencia al servicio militar.
Se caracterizan por su énfasis en una vida comunitaria y austera, con un fuerte apego a los valores tradicionales, especialmente en lo que respecta a la agricultura y la vida rural.
Comunidades indígenas de Ucayali han denunciado la invasión de sus tierras por menonitas. Foto: difusión.
En Perú, se estima que hay alrededor de 1,500 menonitas distribuidos en varias colonias, principalmente en la región amazónica. Actualmente, se sabe que los menonitas viven en las siguientes localidades:
Organizaciones indígenas en Ucayali han implementado mecanismos de autoprotección para enfrentar la invasión de sus tierras por menonitas. Foto: difusión.
Los menonitas en Perú se enfocan principalmente en las siguientes actividades:
PUEDES VER:Reniec aclara si las personas adultas mayores de 60 años deben revalidar su DNI este 2024
Los menonitas habrían deforestado más de 7,000 hectáreas en la Amazonía peruana desde 2017. Foto: difusión.
La deforestación realizada por los menonitas ha afectado a las comunidades indígenas, especialmente en la región de Ucayali. La invasión de sus tierras ancestrales, como las de la comunidad shipibo-konibo de Caimito, ha provocado la destrucción de bosques esenciales para su subsistencia.
Las comunidades denuncian la falta de acción por parte del Estado y la complicidad de las autoridades locales, lo que ha generado protestas y declaratorias de emergencia en defensa de sus territorios.