Conocidos como menists, un grupo de anabaptistas ha logrado establecer cinco colonias en la Amazonía peruana, buscando alejarse del mundo moderno y vivir de acuerdo con sus creencias.
Su curioso estilo de vida y la adaptación al entorno amazónico ha despertado el interés de autoridades e investigadores, quienes observan cómo estos colonos prosperan en un ambiente tan inhóspito.
Los menists, también conocidos como menonitas, son un grupo religioso cristiano anabaptista creyentes en Dios y Jesús. Su religión se originó en Europa durante el siglo XVI, en el contexto de la Reforma Protestante.
Su nombre proviene de Menno Simons, un líder religioso neerlandés cuya teología y enseñanzas ayudaron a consolidar el movimiento. Los menonitas creen en la simplicidad, la paz, y el rechazo de la violencia, lo que incluye la objeción de conciencia al servicio militar.
Se caracterizan por su énfasis en una vida comunitaria y austera, con un fuerte apego a los valores tradicionales, especialmente en lo que respecta a la agricultura y la vida rural.
Comunidades indígenas de Ucayali han denunciado la invasión de sus tierras por menonitas. Foto: difusión.
En Perú, se estima que hay alrededor de 1,500 menonitas distribuidos en varias colonias, principalmente en la región amazónica. Actualmente, se sabe que los menonitas viven en las siguientes localidades:
Organizaciones indígenas en Ucayali han implementado mecanismos de autoprotección para enfrentar la invasión de sus tierras por menonitas. Foto: difusión.
Los menonitas en Perú se enfocan principalmente en las siguientes actividades:
Los menonitas habrían deforestado más de 7,000 hectáreas en la Amazonía peruana desde 2017. Foto: difusión.
La deforestación realizada por los menonitas ha afectado a las comunidades indígenas, especialmente en la región de Ucayali. La invasión de sus tierras ancestrales, como las de la comunidad shipibo-konibo de Caimito, ha provocado la destrucción de bosques esenciales para su subsistencia.
Las comunidades denuncian la falta de acción por parte del Estado y la complicidad de las autoridades locales, lo que ha generado protestas y declaratorias de emergencia en defensa de sus territorios.