La Semana Santa es una celebración cristiana que recuerda los eventos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Es uno de los momentos más significativos y solemnes del año litúrgico, concluyendo con el Domingo de Resurrección. En el caso de Perú, la Semana Santa adquiere una importancia especial, tanto por su relevancia religiosa como por sus arraigadas tradiciones culturales. Se destaca por ser un período de reflexión, oración y contemplación, en el cual se llevan a cabo diversas prácticas y rituales que varían según la región del país.
Entre ellas se encuentran procesiones, representaciones teatrales de la pasión de Cristo, misas especiales y la preparación de comidas típicas. La Semana Santa es también una oportunidad para fortalecer la fe y la unidad familiar, así como para preservar y transmitir las tradiciones y costumbres locales. En ciudades como Ayacucho, Cusco y Arequipa, las celebraciones son especialmente conocidas por su devoción y colorido, atrayendo a visitantes tanto nacionales como internacionales.
La Semana Santa de 2024 se celebra en marzo debido a la forma en que se determina su fecha cada año. La fecha de la Semana Santa está basada en el calendario lunar y se fija en el primer domingo después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de marzo.
Este año, la luna llena ocurre antes en el calendario, lo que sitúa la Semana Santa a finales de marzo. Específicamente, el Domingo de Resurrección cae el 31 de marzo, por lo que las festividades comienzan el Domingo de Ramos el 24 de marzo.
En el año 2024, los FERIADOS de Semana Santa se celebrará en las siguientes fechas:
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Un aspecto distintivo de la Semana Santa en Perú es la representación de la Pasión de Cristo, que se lleva a cabo en espacios abiertos y atrae tanto a creyentes como a turistas. Estas dramatizaciones, que narran desde el juicio hasta la crucifixión y resurrección de Jesús, son un testimonio del fervor religioso y el talento artístico local. Paralelamente, la tradición de crear alfombras de flores y arenas coloreadas en las rutas de las procesiones embellece las calles y refleja el arte efímero dedicado a la fe.
La práctica de visitar siete iglesias el Jueves Santo para meditar sobre las estaciones de la cruz es otra tradición importante que simboliza el seguimiento del camino de Jesús hacia su crucifixión. Este acto de piedad se complementa con el ayuno y la abstinencia de carne roja el Viernes Santo, lo que da lugar a la preparación de platos tradicionales a base de pescado y mariscos, destacando la rica gastronomía peruana adaptada a las observancias religiosas.