Desde hace cuatro días, las calles y viviendas de la ciudad fronteriza de Iñapari, en la provincia de Tahuamanu (Madre de Dios), se encuentran inundadas por el desborde del río Acre, por lo que las familias no tienen agua potable y están vulnerables. Por eso, el director de Respuesta del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), César Sierra, precisó que se viene evaluando su declaratoria de emergencia.
“El río, según nuestra directora, ya bajó el nivel; sin embargo, los daños quedan. Baja el nivel de agua, pero ya afectó. Estamos en evaluación para poder declarar en estado de emergencia el sector de Iñapari, en este caso del Perú”, dijo en RPP.
Al inicio hubo 800 personas afectadas por las inundaciones y ahora se viene calculando la cifra actual. “Nosotros agradecemos que no ha habido daños a la vida, no ha habido daños a la salud. Pero sí ha habido daños a la infraestructura de algunas comunidades. Estamos recolectando toda la información, son comunidades que son alejadas, en la frontera con Brasil, con el cual tenemos relaciones bilaterales para poder ayudarnos en casos de emergencia”, agregó.
El Gobierno Regional de Madre de Dios entregó una tonelada de alimentos crudos no perecibles, 120 polos de algodón, 60 buzos de diferentes tallas, 60 zapatillas de diferentes tallas y 54 pares de botas de jebe.
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Según los primeros reportes de las autoridades locales, en Iñapari hay 33 manzanas de viviendas urbanas afectadas.
En Ucayali, a la fecha, más de 40 comunidades nativas de la provincia de Purús fueron afectadas por las inundaciones.
El alcalde provincial de Purús, Marco Pérez, dijo a RPP que estas inundaciones perjudicaron al menos a 1.500 personas, quienes han perdido sus casas.
Las aguas han bloqueado las principales vías fluviales en la zona y la única forma de llegar a varias de estas comunidades es por un vuelo del Estado.
El ministro de Defensa, Walter Astudillo, se trasladó hacia el distrito de Purús con dos toneladas de ayuda humanitaria.