Rony Revilla Bravo, inspector de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutrán) fue enterrado ayer en el cementerio Parque de la Esperanza en Arequipa. Él talleció tras ser calcinado vivo luego de un operativo a informales, en Apurímac.
La tragedia, que también dejó otros cinco inspectores con quemaduras considerables, puedo haberse evitado. Según el secretario de organización de bienestar social del Sindicato Único de Trabajadores de la Sutrán, Henry Araujo, días antes del atentado, inspectores de Sutran Apurímac reportaron a la institución sobre las amenazas que recibían de informales; pese a ello, fueron enviados a la zona de riesgo. "Si ya sabían (funcionarios) todas las amenazas porque mandarlos hacer un operativo ahí, fue una negligencia", dijo el dirigente.
En ese sentido, informó que el sindicato exigirá la reestructuración de los altos cargos, inició acciones legales contra la Sutrán por el lamentable hecho. "Exigimos la renuncia total de la plana gerencial, dónde está incluido la cabeza del superintendente y plan de contingencia para evitar estos eventuales ataques que siempre ocurren", puntualizó.
Por su parte, Larry Ampuero, vocero de la Sutrán quien estuvo presente en el sepelio de Rony, manifestó que la institución solamente actuó de acuerdo al marco de fiscalización de una norma administrativa y que no se esperaba la tragedia que calificó como un "acto terrorista".
"Esto ha sido un acto terrorista planificado y los hechos se evidencian claramente. Este tipo de situaciones jamás se habían dado en esta magnitud", declaró el funcionario. Agregó que se activó un seguro para los deudos de Revilla Bravo y que se suspendieron temporalmente las laborales de fiscalización de la Sutran en Apurímac, mientras se realizan las investigaciones del crimen.
De manera preliminar se conoció que el ataque sucedió cuando los inspectores terminaron el operativo en la referida zona y se retiraban del lugar, sin presencia policial. Es decir, los maleantes habrían esperado que los trabajadores estén sin resguardo para agredirlos.