Juan Ramos Durano es el presidente de la asociación de lancheros. Transporta turistas que pasean sobre las aguas del lago Titicaca, el más alto del mundo. Él dice que hace años las aguas llegaban hasta el malecón del muelle, ahora se han retirado, por lo menos 20 metros adentro. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) de Puno, el descenso de las aguas es de 1.27 metros. Solo por evaporación, entre el 1 de abril a la fecha, perdió 43 centímetros debido a la ausencia de lluvias.
Todo indica que la situación podría empeorar. Esta reserva es clave, de ella dependen tres millones de habitantes. Regula el clima y es uno de los humedales más importantes del mundo. Se extiende en 8 562 kilómetros cuadrados entre Perú (56%) y Bolivia (44%). Sixto Flores Sancho, titular de Senamhi, sostiene que el nivel promedio del lago es de 3810 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), ahora alcanza 3808.29 m.s.n.m. En los siguientes cuatro meses el panorama podría empeorar sin lluvias.
Este descenso sería muy grave para las actividades económicas y de turismo que se desarrollan en el lago. El nivel más bajo y reciente del Titicaca ocurrió en 1996. Sin embargo, el mayor descenso se presentó entre 1941 a 1945. Las lluvias que alimentan los ríos bajaron y los pronósticos no son alentadores. “El año pasado las lluvias fueron deficitarias en un 49%”, explicó. Por ello, los ríos están entre un 40% a 20% de sus niveles promedios. El río Illpa tiene algunos centímetros de flujo laminar.
Algunos sectores son prácticamente lechos secos, y el poco caudal proviene de los glaciares. En un periodo lluvioso, el caudal habitual del lago Titicaca en promedio solía incrementarse 80 centímetros. Los efectos del Niño Costero desde el año pasado han provocado un déficit de precipitaciones, y su nivel solo se incrementó en 20 centímetros. Los escenarios climáticos elaborados por el Ministerio del Ambiente (Minam) indican que hasta el 2030 continuará la tendencia de bajas precipitaciones. “Si se mantiene en promedio un déficit de 10% en lluvias, el nivel del lago va a seguir descendiendo”, advierte.
El Senamhi advirtió este escenario al gobierno regional y municipios para que tomen sus acciones a mediano y largo plazo. Sixto Flores sostiene que las declaratorias de emergencia solo son paliativos, pero lo que realmente se necesita son proyectos de inversión pública. El ingeniero sugiere, por ejemplo, optar por el uso racional y eficiente del recurso hídrico, ya no depender de las precipitaciones y optar por el riego tecnificado. La contaminación del Titicaca contribuye al calentamiento global y al cambio climático. Por ello Sixto Flores exhorta a tomar decisiones conjuntas entre el aparato público y la sociedad civil.
Víctor Hugo Apaza Vargas, jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), sostiene que el lago se ve amenazado por la contaminación, caza de aves y quema de totorales. El especialista señala que el déficit hídrico no afecta directamente a las especies que habitan, sino al ecosistema. El 10% del lago son totorales, es refugio de anfibios como la rama gigante y el desfogue de peces para que pongan sus huevos. Apaza explica que el descenso del lago afecta la biodiversidad.
Las aves migran y los peces tienen menos condiciones para reproducirse. Especies emblemáticas como la rana gigante del Titicaca y el zambullidor son las más vulnerables, porque rara vez buscan otro hábitat. El funcionario recuerda dos eventos extremos. En 1940, el lago llegó a su nivel más bajo con 3806 m.s.n.m, “hasta se podía cruzar a pie Capachica”, comenta. Sin embargo, en 1987 alcanzó los 3812 m.s.n.m e inundó las pistas en Paucarcolla, en la vía Puno-Juliaca.
Edgar Cahui Ccahue, presidente de la Asociación de Pueblos Originarios Conservacionistas de los Recursos Naturales (APOC), hace siete años presentó al gobierno regional y municipalidad de Puno el proyecto Totorales para preservar el ecosistema. A la fecha no recibe respuesta. “Hay eutrofización del agua (contaminación por exceso de nitrógeno y fósforo), por eso hemos propuesto el proyecto totorales. Un estudio pormenorizado recuperaría el ecosistema y componentes degradados”, explica.
Hay un comité de gestión de la reserva nacional del Titicaca, que señala, 89.23% está en buenas condiciones. Para el ambientalista, estos datos no se ajustarían a la realidad. Por esa razón el gobierno no habría asignado recursos para programas de conservación. “Hay dejadez de las entidades y responsabilidades penales, mucha corrupción. Como sociedad civil hacemos esfuerzos por su recuperación, pero dónde están las entidades públicas”, dice Edgar Cahui.